Aquella mañana Alejandro Sánchez junto a sus abuelos y su tío estaban alambrando un potrero para que no se escape el ganado de su terreno que está en el sector La Mascota.
Un perro que bajaba desde el monte llamó la atención de la familia pues cargaba un hueso en su hocico.
“Les dije a mis abuelitos que tal vez por ahí se murió un toro. Seguí con mi trabajo, subí al cerro para cortar unos palos y fue cuando vi unas ropas en la tierra”, contó Alejandro.
Hallazgo
El hombre de 33 años hasta pensó en bromear, “iba a decirle a mi mamá: mira, papá ha ido botando ahí su suéter”, pero antes de emitir su comentario miró los huesos que estaban entre la hojarasca.
Sin dudarlo Alejandro se imaginó que eran huesos de humanos. “Se me vino a la mente que cuando empezó la pandemia entró por esa finca un señor que se adentró al monte y nunca más supimos nada de él, así que quizá pueda ser él, no estamos seguros”, agregó el joven.
El hallazgo se dio el domingo al mediodía en el caserío El Topo en Río Negro. La familia decidió no toparlos y dio avisó al teniente político del lugar. “Nosotros vimos unos pocos huesos pero la Policía encontró muchos más”, comentó Alejandro.
Procedimiento
Desde el martes la Policía intentó acudir hacia el lugar pero debido al clima no se pudo.
La mañana de ayer después de una caminata de dos horas, los agentes de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestro de la Policía Nacional (Dinased) en conjunto con la Unidad de Criminalística, hicieron el levantamiento de las osamentas.
Los animales que hay en el sitio habrían desmembrado el cadáver por lo que estaba incompleto. Se encontró 62 huesos y tres prendas de vestir.
Se trasladó las evidencias hasta el Centro de Investigaciones Forenses de Tungurahua para que sean analizadas por un antropólogo forense para determinar a quién pertenecen los huesos. (APQ)