El tratamiento contra el SIDA en América Latina

Por Diego Cevallos
CIUDAD DE MICO.-
El mexicano Hugo Estrada, 43, es portador del virus del SIDA desde hace cinco as y se declara feliz. Estrada tiene estudios de postgrado, acceso a medicamentos antirretrovirales, atenci mica oportuna y recibe terapia con psicogos y tanatogos. Adem, cuenta con los beneficios de una pensi laboral por incapacidad y su familia lo apoya.
El caso de Estrada podr ser considerado com en un pa industrializado, pero en Amica Latina, donde viven 1,4 millones de personas con VIH/SIDA, 130.000 de las cuales se infectaron durante 2001, es una excepci.
Soy un privilegiado, reconoce Estrada. Su buena fortuna, argumenta, estligada a tener seguro social estatal y educaci acadica, pero sobre todo a su liderazgo en una organizaci de portadores del virus, el Frente Nacional de Personas Afectadas por el VIH/SIDA en Mico.
No puedo pensar en un futuro muy largo, pero con el tiempo que me queda y la esperanza de nuevos medicamentos, siempre voy a dar la lucha, dice.
Los activistas por los derechos de los portadores del virus reconocen que en Amica Latina hay importantes avances en la atenci mica y que mucho tiene que ver con el descubrimiento de nuevos fmacos, especialmente los antirretrovirales que, al destruir o evitar la replicaci del VIH, transformaron el SIDA en una enfermedad crica.
Sin embargo, un nero elevado de personas infectadas contin todav excluido de los servicios de salud y marginado socialmente.
Muchos contagiados son miembros de comunidades que por sus niveles de pobreza y baja escolaridad no demandan los tratamientos disponibles y, si los consiguen, los asumen sin mucha disciplina.
En materia de SIDA el problema no es so individual, sino social, sostiene Marclei Guimaraes, un sociogo brasile portador del SIDA. Con bajos ingresos, la adhesi (a los tratamientos) es baja, no por falta de voluntad, sino por las condiciones sociales objetivas, sela.
En paes como Estados Unidos, donde la atenci a los portadores de SIDA se considera de calidad, el gasto per cita en salud es de 4.180 dares. En cambio, en Amica Latina ese rubro es de 349 dares promedio, seg el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
No podemos compararnos con un pa rico, en Amica Latina son pocos los que brindan una atenci similar a la que dan en Estados Unidos, indicHugo Estrada.
Pero hay avances. En Venezuela, donde el Tribunal Supremo de Justicia declaren abril que todos los afectados por SIDA deben tener cobertura mica, incluida la entrega de antirretrovirales, se elevde 2.000 a 10.000 personas atendidas entre fines de 2000 y este a. En ese pa habr unos 62.000 portadores del virus.
En Brasil, 105.000 portadores reciben hoy atenci gratuita del Estado y la cantidad aumenta entre 15.000 y 20.000 personas por a. No obstante, 500.000 m estarn contagiados y pocos los saben.
El pa de habla portuguesa brilla entre otros por su capacidad de producci de medicamentos genicos contra el SIDA, tema por el que se ha enfrentado con las transnacionales farmacticas que defienden a rajatabla sus patentes.
El ito del programa brasile se debe a la respuesta precoz (del gobierno) al SIDA, la participaci de la sociedad civil y la defensa, en los bitos nacional e internacional, del acceso a todos los medicamentos, asegura Rosemeire Munhoz, coordinadora adjunta del programa SIDA del ministerio de Salud de Brasil.
Cuarenta y uno por ciento de todos los medicamentos contra el sida distribuidos en Brasil en 2000 (a un costo de 303 millones de dares) fueron producidos por laboratorios locales.
Chile tambi registra avances. El Estado puede asegurar hoy terapia antirretroviral a 81 por ciento de las 3.212 personas con prescripci de tratamiento, casi el doble de as anteriores. En ese pa se estima que hay 40.000 portadores del virus.
En Mico, el Estado atiende con antirretrovirales a cerca de 20.000 personas, 85 por ciento de los enfermos, seg afirma Carlos Magis, director de investigaci del Centro Nacional para la Prevenci y Control del VIH/SIDA.
Los activistas creen que ese porcentaje es menor si se consideran los subregistros. Se calcula que existirn en total alrededor de 120.000 personas infectadas.
Adem, hay en Mico 4.400 enfermos de SIDA que no tienen seguridad social. Su ica alternativa para recibir antirretrovirales es lograr colarse a un programa especial del gobierno que, sin embargo, so tiene cupo para 2.000 personas.
Si un portador mexicano requiere atenci y no tiene seguro debe esperar a que alguien del programa salga o muera. La ica alternativa puede ser encerrarse en casa y esperar la muerte, lamenta Estrada.
En Mico, Brasil, Chile y Venezuela el apoyo del Estado es vital para los portadores del virus, pues a nivel privado el costo de los antirretrovirales significar para un enfermo gastos mensuales de entre 700 y 1.000 dares, cantidades impagables para la mayor.
Aunque los gobiernos de la regi a tienen mucho por hacer, es claro que antes la situaci era m difil.
La mejora en la calidad y cantidad de la atenci mica costtrabajo y vidas, coinciden en reconocer los activistas y los gobiernos.
En 1998, el chileno Anthony Garc y otras dos personas infectadas pidieron a la justicia de su pa que obligue al Estado a entregarles antirretrovirales. Los jueces locales rechazaron su pedido, pero la Corte Interamericana de Derechos Humanos les dio la raz.
Garc vive y recibe hoy gratuitamente los medicamentos de parte del Estado, pero sus comparos fallecieron mientras luchaban por la causa.
El cambio en materia de combate al SIDA en Amica Latina tiene que ver con el activismo de los enfermos, la movilizaci de organismos internacionales y las negociaciones de los gobiernos con las empresas farmacticas, que abarataron el costo de los tratamientos hasta en un 80 por ciento, como en el caso de Merck en Mico.
No se trata sin embargo de una conquista integral. En la regi, a son pocos los portadores que reciben del Estado un trato similar al que tiene el mexicano Estrada.

* Con informes de Mario Osava/Brasil, Gustavo Gonzez/Chile y Andr Cazez/Venezuela.