El fuego no da tregua en Quito

El fuego no da tregua en Quito
Amenaza. Lenguas de fuego destrozaron gran parte de este cerro en el centro oriente de Quito y amenazaron a un barrio de 700 personas.

“¡Necesitamos manos urgentemente!”, “¡Que vengan todos!”, “¡Vamos a hacer cadena humana con baldes de agua!”, gritaban personas de todas las edades, cuando veían que las llamas de un voraz incendio forestal se aproximaban a su barrio, ubicado en plena mitad del cerro El Auqui, en el centro oriente de Quito.


Sucedió a las 14:12 de ayer tras cuatro horas de avance de gigantes lenguas de fuego desde la parte baja de la quebrada de La Vicentina. Este siniestro levantó humaredas que tiñeron de gris el cielo y que se divisaron desde casi toda la ciudad.


Apenas 20 minutos antes, a las 13:51 el alcalde Mauricio Rodas, a bordo de un vehículo todoterreno, llegó al sitio para constatar la magnitud del siniestro. Luego de recibir informes de primera mano sobre los operativos para enfrentar la emergencia se retiró.


En el sitio miembros del Comité de Operaciones Emergentes (COE) de Quito señalaron que por la mañana imperaron ventarrones que impidieron que los helicópteros descargaran agua en la zona. Esta actividad solo se pudo realizar a partir de las 15:30.

Vecinos en acción
Las camionetas de los vecinos, de la Agencia de Tránsito y de las policías Metropolitana y Nacional subían con tanques y galones de agua que traían desde hidrantes de la parte baja de Guápulo y desde una vertiente cercana.


“No hay otra forma, aquí no hay agua”, señaló Aladino Ramón, quien conducía un automotor que cargaba agua en 4 tanques grandes, 8 medianos y 10 pequeños. “Atiendo mi tienda en Guápulo. Al ver semejante incendio cerré el negocio, cogí la camioneta y me vine a ayudar”, comentó.


A la ‘cadena humana’ por la que los baldes con agua iban y venían se unieron rápidamente una gran cantidad de vecinos, que atacaban al fuego con desesperación. Todos se sentían amenazados por las llamas y por una humareda que tornaba el aire irrespirable. “Se nos acaba un barrio entero y no tenemos servicio de agua potable”, lamentó Alexandra Caiza, habitante del sector.


Algunos de los vecinos lloraban por no conocer la suerte de uno de los suyos. José Jerez, de 80 años de edad había salido a “rodear” sus dos vacas y tres terneros. Por suerte, cinco uniformados lograron ponerlo a buen recaudo tras encontrarlo con síntomas de asfixia, sus familiares estallaron en llanto de la alegría cuando lo vieron.


“Los animales no importan”, le reclamaban. Aún confundido él respondió que creía que “era uno de eso fuegos pequeños que saben haber en los veranos” y que podía controlarlo con un galón de cuatro litros de agua.


A la cadena humana se sumaron unos 100 policías, quienes llegaron a toda prisa en sus motos tras dejar la vigilancia de varios sectores del centro. Luego de mirar a distancia el fuego se adentraron hacia arriba del monte con ramas de árboles. “Aquí estamos para ayudar”, manifestó el cabo segundo Henry Pillado, quien llegó desde Quitumbe.


Tras casi cinco horas de operativo el secretario de Seguridad, Juan Zapata, y el director del Comité de Operaciones Emergentes, Christian Rivera, confirmaron la participación de por lo menos 500 miembros de las policías Municipal y Nacional, agentes de Tránsito y bomberos.


Ambas autoridades también confirmaron la evacuación de aproximadamente 100 personas pertenecientes a 20 familias. (JCER)