Una nueva resolución de la Junta de Regulación Monetaria y Financiera reduce los segmentos de crédito y busca cambiar la fórmula de cálculo de las tasas; pero el control estatal continúa.
A través del oficio JPRMF-2020-0351-O, la Junta de Regulación Monetaria y Financiera estableció que durante los próximos cinco meses se trabajará en conjunto con el Banco Central del Ecuador (BCE), en la elaboración de una nueva fórmula de cálculo para las tasas de interés activas máximas, es decir, para el costo del crédito al ciudadano común y a los empresarios.
Además, se reducirán de 22 a 13 los segmentos crediticos. Con eso, según Julio José Prado, presidente ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados (Asobanca), se facilitarán las operaciones y simplificarán los reportes.
El Estado seguirá determinando los límites para cada uno de los segmentos, pero ahora las tasas serán revisadas cada mes por el BCE y no se mantendrán fijas todo el año. De acuerdo con la Junta, el cálculo deberá tomar en cuenta el costo de fondeo y el riesgo originado en las pérdidas esperadas e inesperadas; así también, los costos operativos y el costo de capital.
Sin claridad
Diego Olmedo, analista económico, explicó que el esquema sigue siendo poco claro y las consideraciones políticas se mantienen como un factor determinante. “El Banco Central sigue siendo una entidad subordinada a las autoridades gubernamentales. La independencia de poderes aún no se logra. El cálculo de las tasas de interés debe ser parte de una planificación a largo plazo y partir de un diagnóstico adecuado y transparente”, dijo.
En este sentido, los cinco meses para establecer una nueva metodología no servirá de nada si no participan del proceso todos los actores involucrados, incluyendo los bancos y las cooperativas.
Prado recalcó que, dentro de las nuevas disposiciones, se incluye el establecimiento de una nueva tasa llamada corporativa de bajo riesgo, que servirá como termómetro del riesgo crediticio en Ecuador, pero que no necesariamente provocará una reducción del costo.
Modificaciones necesarias
Fernando Palacios, vocero del Comité Empresarial de la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria (Capeipi), lamentó que no se aterrice la política de crédito de la mano de la reactivación productiva, con lo que seguimos a la zaga de países de la región donde las empresas pueden acceder a financiamiento del 3% a 4%, mientras aquí seguimos en tasas del 10% o más.
Antonio Sánchez, microempresario, comentó que se debería comenzar por cambiar leyes obsoletas como el Código Monetario y Financiero; además, se debe evaluar si hay real competencia dentro del mercado financiero nacional.
“Como país dolarizado deberíamos tener tasas mucho más bajas; pero seguimos recurriendo a medidas dispersas o solo controladas desde el Estado, sin un real debate sobre la eficiencia de bancos y cooperativas. El resultado es que sigue siendo difícil emprender e invertir en cualquier cosa, desde una casa hasta un carro”. (JS)
Los nuevos segmentos de crédito son:
Productivo Corporativo
Productivo Empresarial
Productivo PYMES
Microcrédito Minorista
Microcrédito de Acumulación Simple
Microcrédito de Acumulación Ampliada
Crédito Inmobiliario
Vivienda de Interés Social
Vivienda de Interés Público
Consumo
Crédito Educativo
Educativo Social
Inversión Pública
“Se debe abrir el debate sobre cada uno de los componentes de la tasa, sobre todo con respecto a los costos de fondeo y operativos de los bancos, pues ahí hay distorsiones que se deben solucionar y optimizar. De lo contrario, el costo seguirá siendo alto”. Diego Olmedo, analista económico.