Fotografía y texto: Manuel Gonzales Q. DECISIÓN. Sin importar en género, entre los vendedores están mujeres lugareñas y extranjeras que ofertan diferentes productos; literalmente llevan toda la tiempo sobre sus hombros.ACTIVIDAD. La venta de limón, frutas e incluso pescado forma parte de las actividades de quienes al no tener un trabajo institucional o empresarial aplican en los emprendimientos.PACIENCIA. No todos los informales recorren las calles de la ciudad, algunos, como los vendedores de lotería se ubica en las veredas y esperan la llegada de sus clientes.OFICIO. En ocasiones, en sectores donde la actividad comercial es fluida, se observa más taxis que carros particulares, lo que deja en evidencia la necesidad laboral en la ciudad.ALIANZA. Trabajar en pareja es parte de las estrategias de algunos vendedores que andan por la urbe buscando clientes.NEGOCIO. Pese al control municipal, se evidencia que el comerciante informal está ganando espacio. Con la llegada de la pandemia el problema quedó más al descubierto.BÚSQUEDA. Las afueras de entidades financieras suele ser uno de los lugares donde más se agrupan los vendedores. También están decenas de potenciales compradores.
Cada día las veredas y calles de la ciudad de Esmeraldas están más copadas de vendedores informales que ofertan desde pescado, limones, ropa hasta trabajados ocasionales en domicilios. Los formales, en cambio, usan voceadores.
