El Ejecutivo remitió a la Asamblea la Proforma del Presupuesto General del Estado (PGE) para 2016 que asciende a 29.835 millones de dólares, de los cuales los ingresos permanentes (provenientes de impuestos) alcanzan 15.489 millones de dólares.
La cifra del PGE 2016 es menor en 6.500 millones de dólares en relación a la del año 2015. La razón se debe a que el petróleo se estimó solamente en 35 dólares, a diferencia del establecido en 2015 que fue de 79,70. Los impuestos representan el 52% del total, cifra prácticamente igual a la del año 2015, lo que significa que si se toma en cuenta el efecto de la inflación calculada para 2016 en 3.3%, se prevé una baja en términos reales del 3.8%.
Las cifras de ingreso están muy sobreestimadas, porque, para 2016, el Gobierno prevé que el PIB crecerá 1%. La caída de la producción determina que el monto de impuestos recaudados será inferior al de 2015. Si para restaurar el equilibrio en la balanza comercial se prevé una caída de la demanda por importaciones, las recaudaciones del IVA y de aranceles será también menor. El Gobierno anunció levantar las salvaguardias entre abril y junio próximos, y podría haber un aumento por recaudaciones arancelarias. No obstante, cómo se desincentivarán las importaciones desgravadas, de no hacerlo, se podría complicar el déficit de la balanza comercial no petrolera.
En relación al gasto público, el Presupuesto General del Estado prevé que los gastos de personal prácticamente se mantendrán invariables y alcancen 8.789 millones de dólares. En materia de inversión, el gobierno menciona que se destinarán aproximadamente 1.700 millones para los sectores estratégicos, cifra que es menor a la de los años anteriores, pues, según el gobierno, en este próximo año se necesitan montos inferiores, puesto que algunos proyectos están en la fase final de ejecución. Pero las cifras de inversión no corresponden a los criterios aceptados de registro de la formación bruta de capital fijo. El Gobierno, a lo largo de los últimos nueve años, no ha financiado la formación bruta de capital fijo con recursos provenientes del petróleo o de los impuestos de la gente, sino a través de nueva deuda externa, especialmente China.
La disminución más importante de los gastos fiscales previstos hasta 2016 en relación a 2015, se debe a que los subsidios a la importación de derivados del petróleo, en el próximo año, alcanzarán 3.194 millones de dólares frente a los cerca de 6.000 millones de dólares del año anterior. La reducción alcanza el 47%. Esta reducción se debe a la caída de los precios internacionales de los derivados de petróleo y no a una medida de política gubernamental. Un hecho relevante en la Proforma del PGE para 2016 es la reducción de las asignaciones para los gobiernos seccionales en 12% con respecto a 2015, equivalente a 400 millones de dólares para inversión en las provincias.
El déficit del PGE para 2016 será de 2.467 millones de dólares. Esta cifra no incluye necesidades adicionales de financiamiento por 4.134 millones de dólares que se necesitarán para amortizar deudas pendientes, con lo que el total de necesidades de financiamiento para 2016 alcanzará de 6.601 millones de dólares. En ella no se contempla el financiamiento no cubierto del año 2015, que podría llegar a 2.000 millones de dólares más otras obligaciones no contempladas en el PGE de 2016, como fallos judiciales contra el Estado. Tentativamente, el déficit podría alcanzar los 9.000 millones de dólares, cifra complicada de resolver.