Santiago García, economista y docente de la Universidad Central del Ecuador (UCE), explicó que el país está inmerso en un modelo de insostenibilidad fiscal, que es muy parecido al que ya padecimos en la década de 1980.
“Los esfuerzos de optimización del tamaño del Estado y el gasto en la burocracia se diluyen ante el peso del servicio de la deuda pública, que desde 2019 ya alcanza el 9% del Producto Interno Bruto (PIB), o más de 9.000 millones al año”, dijo el analista.
Según información del Ministerio de Economía y Finanzas, en enero y febrero de 2020, en comparación a 2019, la masa salarial disminuyó en $31,6 millones; pero en igual periodo, solo en pago de intereses, el gasto aumentó en $105 millones. En otras palabras, el ahorro conseguido ni siquiera logra igualar los pagos por las obligaciones vigentes.
Según el analista económico Diego Olmedo, no solo que el ajuste fiscal no es suficiente y los gastos siguen siendo muy altos, sino que los ingresos también son menores. Así, hasta febrero, se acumularon egresos por $2.500 millones; aunque los ingresos solo llegaron a los $2.100 millones.
En apenas dos meses de este año, ya se acumula un déficit fiscal de alrededor de $400 millones, que si se incluyen las amortizaciones de la deuda pública podría llegar a $1.000 millones.
“La masa salarial sigue representando más de $9.000 millones anuales, o sea, desembolsos mensuales de casi $800 millones. El Gobierno se limita a decir que está haciendo los ajustes, pero estamos muy lejos de un equilibrio, sino de un ‘default’ técnico ante la imposibilidad de pagar todas las obligaciones”, acotó.
Prioridades trastocadas
García alertó que la grave situación fiscal no es asunto solo del Gobierno sino de todo el país, y se debe cambiar completamente el enfoque para reactivar la economía, para que se puedan recaudar más impuestos y se genere más empleo y producción.
EL DATO
El gasto en servicio de deuda representó, en 2019, 23 veces más que el ahorro de 448 millones por la masa salarial.En este sentido, el incremento en las desvinculaciones en el sector público no es viable, pero se debería trabajar, por ejemplo, en un acuerdo con el sector financiero para reducir las tasas de interés.
Sin embargo, las prioridades de las autoridades están trastocadas. “No funciona eso de reducir un poquito por aquí y por allá. La prioridad no es la represión. Esa es una lectura política incorrecta y una estrategia terrible que debe ser rechazada”, acotó. Esto último, a criterio del académico, se refiere a los recientes anuncios de aumentar los presupuestos tanto del Ejército como la Policía.
Opciones de financiamiento
Ante un Riesgo País de 1.473 puntos (cierre de ayer), la fuente de los mercados internacionales es muy cara, pero sería una de nuestras pocas opciones, según Olmedo. Además, una renegociación de las deudas con China sería muy compleja y solo abarcaría un aumento de plazo, debido a que las tasas no solo que no se reducirían, sino que aumentarían por el tema de mora.
Por el lado de la deuda externa, la colocación de bonos o papeles también tendría un límite, de acuerdo con García, por lo que se necesitan acciones urgentes para aumentar el crecimiento económico para generar más ingresos fiscales. (JS)