Redacción QUITO, EFE
El Ministerio ecuatoriano de Trabajo ha realizado reformas que permiten excepciones a fin de considerar como una enfermedad laboral al COVID-19, informó este jueves la ministra de Gobierno, María Paula Romo.
En una rueda de prensa virtual, la funcionaria dijo que el Ministerio consideró que «fue un error» el no dejar espacio para las excepciones cuando señaló que el coronavirus no era «en ningún caso una enfermedad laboral».
Y por ello, indicó que se «reformó ya» el acuerdo ministerial de tal manera que se reconoce que «el Covid-19 es una pandemia, pero se abre el espacio de que en los casos en donde se pueda probar la relación entre el contagio y la actividad laboral de un trabajador, pueda ser considerado una enfermedad laboral».
«Esto es lo correcto, es lo que recomienda la OIT (Organización Internacional del Trabajo), es lo que se tiene que considerar para los casos excepcionales, y así lo recoge el Ministerio de Trabajo», recalcó la ministra.
Y pidió «prudencia» pues circulan ya por redes sociales, ofertas de diferentes abogados o estudios jurídicos, que solicitan que las personas contagiadas o con sospecha de Covid-19 «se contacten con ellos para empezar a poner demandas».
«Esto, por favor, tiene que tratarse con prudencia, con sensatez para que un derecho laboral le sirva a las personas que tienen todo el derecho de hacer un reclamo, pero que no se convierta en un abuso y factor de congestión del sistema de justicia, que tendrá muchísimos asuntos pendientes una vez que terminemos el aislamiento de manera gradual», apuntó.
La información la reveló en una rueda de prensa posterior a la presentación diaria de las estadísticas sobre el coronavirus en el país.