El cadáver del niño tenía 23 heridas ocasionadas con un arma blanca, según el detalle del caso expuesto por la Fiscalía.
El macabro crimen ocurrió la mañana del miércoles, en la parroquia San Antonio de Ibarra, mientras los niños se encontraban solos, pues su padre había ido a trabajar.
Amanda Z., principal implicada en el caso, habría llegado al lugar y enviado al hermano de la víctima, de 12 años, a la tienda, para perpetrar el delito, en presencia de otro menor, de tres años.
“El cadáver del niño tenía 23 heridas ocasionadas con un arma blanca. Tras analizar los elementos de convicción presentados, el Juez de Garantías Penales acogió el pedido de Fiscalía y dictó orden de prisión preventiva en contra de la procesada”, explicaron desde el ente judicial.
Juicio
El jueves, la Fiscalía Provincial de Imbabura inició el proceso penal contra Amanda Z., por su presunta participación en el asesinato del niño de 10 años, hijo de su exconviviente.
El informe de autopsia, el acta del levantamiento del cadáver, el parte policial de aprehensión en delito flagrante y los testimonios anticipados de dos menores de edad fueron los principales elementos de convicción presentados por la fiscal Lizandra Bastidas, en la audiencia de calificación de flagrancia y formulación de cargos.
La audiencia se efectuó en la Unidad Judicial Penal de Ibarra, en diferentes salas, respetando las normas de bioseguridad por el estado de emergencia sanitaria que vive el país.
También, la fiscal expuso las versiones de la tía de la víctima y de su padre. Este último manifestó que la procesada los habría amenazado con “hacerle algo” a uno de sus hijos, si no volvía con ella.