Decenas de refugiados colombianos son desalojados de albergues

La mañana de hoy, decenas de refugiados colombianos que fueron desalojados de los albergues, se concentraron en las afueras de la Iglesia Santa Teresita, ubicada en la calle General Robles y 9 de Octubre, en el Centro de Quito.

David Mosquera, uno de los refugiados, indicó que fueron desalojados del lugar porque supuestamente se venció el tiempo para que permanezcan allí. Además, explicó que desde que iniciaron “su lucha, el Gobierno no se ha manifestado” al respecto.

A mediados de julio, la Secretaría de Inclusión Social de Quito activó cinco albergues de la Secretaría de Seguridad para grupos familiares con una situación irregular. Esta medida se llevó a cabo después de que las personas se ubicaran en los exteriores de la Plataforma Gubernamental de Quitumbe, al tener que salir de los hoteles donde se encontraban hospedados por ocho días.

Antecedentes

El 3 de junio de este año, más de 100 personas iniciaron un plantón en los exteriores del edificio del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), ubicado en la calle Whymper, al norte de la capital. Como miembros de la Fundación Internacional de Colombianos en el Exterior (Ficoex) expresaron su malestar ante la falta de atención urgente a sus pedidos de reasentamiento en un tercer país, fuera de América Latina. Los representantes han mencionado que su vida corre peligro y que han sido amenazados en Ecuador más de una vez, por quienes fueron sus victimarios en Colombia.

Acnur lamenta falta de acuerdo (EFE)

La oficina en Ecuador de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) lamentó la falta de acuerdo con decenas de familias colombianas que exigían ser trasladadas a países europeos o a Canadá.

Acnur había ofrecido a un centenar de inmigrantes colombianos revisar su situación y apoyar su reinserción en la sociedad ecuatoriana, ante la dificultad que planteaba su traslado a otros países, cuyos Gobiernos son los que determinan los cupos para el reasentamiento.

«Acnur lamenta que, pese a los esfuerzos destinados a apoyarlas, la ayuda haya sido aceptada por solamente dos familias» de las que en junio pasado efectuaron un plantón en las afueras de la sede de la agencia humanitaria en Quito, señaló en un comunicado.

Recordó que «el reasentamiento es un acto discrecional de los Estados como muestra de solidaridad hacia los países que acogen grandes números de refugiados», por lo que la determinación de cupos y criterios de aceptación «depende de los países que implementan este tipo de programas».

Esta potestad no la tiene Acnur, «cuyo rol se limita a identificar las necesidades de reasentamiento y a evaluar si cumplen o no con los criterios determinados por los países», remarcó en su texto.

Además, indicó que «los cupos para reasentamiento son limitados», pues a nivel global, «menos del 0,4 por ciento de los casi 26 millones de refugiados que hay en el mundo» fueron trasladados a otros países durante 2018.