La institución recibe el nombre de ‘banco’, peor sus funciones distan mucho de aquellas que se esperan de un banco comercial o uno de inversión.
1. Funge de ‘caja fuerte’ y hace pagos
El Banco Central del Ecuador no funciona como un banco comercial que recibe dinero de los ciudadanos y da préstamos. Su papel es ser el facilitador y regulador del sistema de pagos: recibe depósitos de instituciones públicas, como el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, los municipios, entre otros y también funge como custodio, hasta que esas instituciones decidan transferirlos para cumplir con sus diferentes obligaciones.
2. Cuida el dinero de los depositantes
En segundo lugar, también custodia un porcentaje de los depósitos que hacen los ciudadanos en el sistema financiero privado. Esta exigencia se denomina ‘encaje bancario’, y determina que, por ley, los bancos y cooperativas deben mantener un porcentaje del dinero que le confían sus ahorristas en el Banco Central . Es una reserva de liquidez y, en el caso de que haya una crisis o corrida de depósitos, el BCE deberá entregar esos dineros al banco o cooperativa que, a su vez, deberá devolver a sus depositantes.
Actualmente se exige 5% a los siete bancos más grandes, 4% a los medianos y pequeños, y 3% a ciertas cooperativas de ahorro y crédito, las más grandes. El proyecto mantendrá los montos pero, además, exigirá a las cooperativas más pequeñas, que salvaguarden sus depósitos en el BCE, con el 1 y el 2% de estos montos.
3. Emite opiniones técnicas
El Banco Central es el ‘tercero confiable’ que realiza informes técnicos sobre el Presupuesto General del Estado (PGE) y el endeudamiento público para establecer una opinión independiente del ejecutivo sobre el sustento de las cifras y el manejo económico.