Crisis de partidos lleva a Constituyente en Sudamérica, coinciden políticos

Quito,(EFE)
La crisis de los partidos políticos tradicionales y la insatisfacción social son dos de los factores que han motivado a que se creen asambleas constituyentes en algunos países de la región, coincidieron en señalar hoy en Quito expertos de Bolivia, Colombia y Venezuela.

Los ex asambleístas Ana Cecilia Betancourt, de Colombia, y Aristóbulo Istúriz, de Venezuela, participaron como invitados por grupos de derechos humanos de Ecuador en un foro acerca de las experiencias regionales sobre la Constituyente en sus países.

Al evento, que se llevó a cabo en el paraninfo de la Universidad Andina «Simón Bolívar», también asistió el dirigente boliviano Hugo Moldiz.

Los tres expositores coincidieron en que los procesos de asambleas constituyentes se dan en un momento en que «se derrumban» los partidos políticos tradicionales que han gobernado sus naciones.

Moldiz indicó que el encuentro en Quito permitirá compartir las experiencias que se dan en Bolivia con los ecuatorianos, que se alistan a elegir, el 30 de septiembre próximo, a 130 asambleístas que integrarán la Constituyente impulsada por el gobierno.

La Constituyente, apuntó, se desarrolla en medio de «una crisis estatal no resuelta, que está definiendo la hegemonía en un país en el que la hegemonía de los poderosos se está derrumbando».

Sin embargo, no ocultó que la Asamblea Constituyente en Bolivia «ha tenido problemas, ha tropezado con grandes obstáculos», pero dijo que estos «son casi nada frente a la voluntad de transformación y a la tolerancia de una absoluta mayoría que está por el cambio».

Por su parte, Istúriz coincidió en que en Venezuela, «como en gran parte de los países latinoamericanos, se derrumbó el sistema de partidos y, prácticamente, en la sociedad surgió una especie de consenso de lo que no» querían.

En Venezuela, afirmó el político, «la única forma que había para hacer esa transformación en paz y sin sangre era la Asamblea Constituyente», surgida por «el derrumbe de un sistema» político dominado por los partidos y grupos de poder tradicionales.

De su lado, la colombiana Betancourt aseguró que el proceso de la Constituyente en su país fue distinto a otros, pero que también se originó en una crisis de los partidos y en una «profunda deslegitimación social» de esos grupos representados en el Congreso.

Además, subrayó, los propios partidos tradicionales en Colombia, el conservador y el liberal, «no estaban de acuerdo con el clientelismo» en sus propias formaciones «ni con la partidocracia en el Parlamento».

«Eso le dio legitimidad a la Asamblea Constituyente, porque no excluyó a ningún sector», pues incluso algunos grupos alzados en armas, que se habían desmovilizado, pudieron formar parte del proyecto, apuntó Betancourt.