Los suicidios han significado uno de los mayores problemas de salud que se registran en Tungurahua, pero este año la cifra disminuye considerablemente sobre todo desde el inicio del confinamiento, ya que en estos meses de aislamiento se registran dos casos.
Hasta el año pasado se registraron 66 suicidios que daban como promedio cinco muertes al mes por esta causa.
Sin embargo, según cifras de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorción y Secuestros (Dinased) de la Policía Nacional, este año se registra una reducción del 30% en las muertes autoinfligidas.
Entre enero a inicio de mayo de 2019 el número de personas que fallecieron por esta causa llegó a 34, mientras que en el mismo periodo de 2018 la cifra descendió a 24 muertes.
Según las autoridades entre los motivos principales de los suicidas estuvieron los problemas familiares, sentimentales y mentales.
Causas de la reducción
Marco Salazar, jefe de la Dinased de Tungurahua, manifestó que en realidad se evidencia que la cuarentena ha aportado positivamente en este tema, ya que las familias empiezan a conocer los problemas de sus seres queridos y tratan de brindar alternativas de solución, más cuando se ha detectado que la mayoría de casos son de población joven.
“Al hacer un análisis verificamos que la mayoría de suicidios eran de menores de edad”, dijo al tiempo de señalar que ahora por el aislamiento la mayoría de familias se encuentran reunidas, y permite la unión y escucha.
Óscar Pérez, psicoterapeuta familiar, explicó que en efecto la cuarentena ha obligado a generar un fenómeno afectivo que brinda la oportunidad a las familias de personas con tendencia suicida a supervisar, acompañar y escuchar los problemas de estas personas.
“La familia o cuidador especialmente de los adolescentes observan la conducta de no solo de riesgo suicida, sino el comportamiento habitual, convirtiéndose, el aislamiento en un pretexto para contribuir con un apoyo emocional”, aseguró.
Para Pérez indirectamente el supervisar y crear un vínculo permite que no se lleve al acto, aun cuando exista tendencia suicida en una persona.
Preocupación
Pérez manifestó que la psiquis del ser humano es impredecible y no se puede prever si luego del confinamiento explotará nuevamente los casos, pero si se evidencia que es la comunicación y el acompañamiento dentro del hogar permite reducir este riesgo.
El psicoterapeuta recomienda que cuando se termine el aislamiento se debe mantener el vínculo afectivo y canales de diálogo para que no se desemboque en casos de muerte autoinflingidas.
Paulina Salazar, directora Distrital 1 de Educación, manifestó que a través de los Departamento de Consejería Estudiantil (DECE) se desarrolla un seguimiento y acompañamiento a través de contención emocional en esta crisis. “Se ha puesto como prioridad el estado emocional de los estudiantes”, dijo. (FCT)