Condena general a los ataques al Capitolio de EE.UU.

Mientras en los alrededores del Capitolio, cientos de manifestantes pro Trump asaltaron las inmediaciones, el Congreso continúa la validación de votos a puertas cerradas.

A puertas cerradas, el Congreso de Estados Unidos continúa la validación de votos de la contienda electoral celebrada el pasado mes de Noviembre. Mientras tanto, fuera de las instalaciones, autoridades y uniformados resguardan el edificio y buscan hacer cumplir el toque de queda, decretado hasta las 06:00 de este jueves.

A lo largo del mundo, las reacciones no se han dado a esperar. Mandatarios, líderes y organizaciones de todo el mundo mostraron este miércoles su estupor, asombro e indignación ante el extraordinario asalto al Capitolio por parte de seguidores del presidente Donald Trump, que concluyó con una fallecida y numerosos destrozos en la sede del Legislativo.

El asalto al Capitolio se produjo cuando ambas cámaras celebraban una sesión para corroborar la victoria electoral del demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales de noviembre pasado.

La sesión se tuvo que suspender pero retomó su actividad horas después para, como dijo en la reapertura el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, mostrar que los insurrectos «no han ganado».

El rechazo unánime no se hizo esperar y la vergüenza y la conmoción recorrieron el mundo ante las imágenes de una turba de manifestantes en la sede del Poder Legislativo estadounidense.

Tras el hecho, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, señaló que sus compatriotas «están gravemente preocupados y entristecidos por el ataque a la democracia en Estados Unidos, el aliado más cercano y vecino. La violencia nunca triunfará al anular la voluntad del pueblo».

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, calificó las escenas de Washington de “impactantes” y enfatizó que “se debe respetar el resultado de esta elección democrática”.

El repudio a la violencia – que se saldó con la muerte de una mujer- llegó también por parte del primer ministro británico, Boris Johnson, aliado de Trump y quien calificó de «vergonzosas escenas» el asalto al Capitolio y reclamó un traspaso «pacífico y ordenado del poder» en ese país.

«Escenas vergonzosas en el Congreso de EE.UU. (…) Estados Unidos simboliza la democracia en todo el mundo y ahora es vital que haya un traspaso pacífico y ordenado de poder», escribió Johnson en su cuenta de Twitter.

Trump había instado a sus aliados a interferir en ese proceso y a su vicepresidente, Mike Pence, a arrogarse un poder que no le otorga la Constitución; además arengó a sus simpatizantes a que siguieran luchando durante un mitin por la mañana en Washington.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, dijo seguir con “preocupación las noticias que llegan desde el Capitolio en Washington” y mostró su confianza “en la fortaleza de la democracia de EE.UU».

Sánchez también señaló que con la nueva Presidencia de Joe Biden, Estados Unidos «superará la etapa de crispación uniendo al pueblo estadounidense».

Siguiendo la estela de mensajes en Twitter, el ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, calificó el asalto de «grave atentado contra la democracia», y recalcó que «la voluntad y el voto del pueblo estadounidense deben ser respetadas».

La conmoción fue el sentimiento mayoritario entre los mandatarios, como manifestó el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, en su Twitter, donde calificó el suceso de “vergüenza democrática” y pidió el cese de este «ataque a las libertades».

«Estoy siguiendo con gran preocupación lo que está sucediendo en Washington. La violencia es incompatible con el ejercicio de los derechos políticos y las libertades democráticas. Confío en la solidez y fortaleza de las instituciones de Estados Unidos», escribió el primer ministro.

Desde el corazón de Europa, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, añadió: “Creo en la fuerza de las instituciones y la democracia estadounidenses.

Atónito se mostró el canciller de Austria, el conservador Sebastian Kurz: «Conmocionado por las escenas en Washington. Este es un asalto inaceptable a la democracia. Debe asegurarse una transferencia de poder pacífica y ordenada».

“Imágenes inquietantes” para el primer ministro de Portugal, António Costa, que pidió respetar el resultado de las elecciones “con una transición pacífica y ordenada del poder».

Y, aunque el embajador adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitry Polyanskiy, también condenó “la violencia de cualquier tipo”, lanzó esta pregunta al aire: “¿Por qué se llama “al asalto de los manifestantes del #Capitolio estadounidense terrorismo doméstico y eventos similares y mucho más sangrientos en Kiev en 2014 «revolución de la dignidad?».

Venezuela: padecen lo mismo que ha generado

Otro tono discordante de la jornada llegó desde Venezuela. A pesar de señalar su preocupación por los hechos y esperar el cese de la violencia, la Cancillería venezolana expresó en un breve comunicado que «con este lamentable episodio, Estados Unidos padece lo mismo que han generado en otros países con sus políticas de agresión».

El Ejecutivo de Nicolás Maduro también «condena la polarización política y la espiral de violencia» que, a su juicio, «no hace sino reflejar la profunda crisis por la que actualmente atraviesa el sistema político y social de Estados Unidos».

Sus vecinos latinoamericanos, por otra parte, mostraron su confianza en las instituciones estadounidenses, como Chile, Ecuador o Costa Rica.

El país centroamericano reiteró su condena a la violencia y expresó su confianza en «la solidez histórica de la institucionalidad democrática de los Estados Unidos de América, así como en el profundo sentimiento de respeto por el Estado de Derecho».

Un mensaje parecido lanzó el presidente chileno, Sebastián Piñera, que también condenó “la violencia e indebida interferencia con las instituciones constitucionales” estadounidenses; mientras que el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, confió en que «los valores democráticos» de Estados Unidos «prevalecerán frente a cualquier intento de menoscabar sus instituciones».

El presidente de Colombia, Iván Duque, manifestó su “solidaridad y respaldo a los honorables miembros del Congreso y a todas las instituciones», en un mensaje de rechazo en su cuenta de Twitter en el que reiteró también su confianza en las instituciones estadounidenses.

El mandatario argentino, Alberto Fernández, repudió «los graves hechos de violencia y el atropello al Congreso» de Estados Unidos y sostuvo su «más firme respaldo» al presidente electo, Joe Biden.

Asimismo, autoridades de Brasil, entre ellos el presidente del Senado, Davi Alcolumbre, y de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, repudiaron el asalto y pidieron que se respete la democracia, mientras el mandatario del país, Jair Bolsonaro, mantuvo silencio.

Por su parte, el nuevo gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, llamó a respetar la democracia y recalcó que 2021 “tiene que ser el año de sanar las diferencias».

Pierluisi se sumaba así a las decenas de llamadas a la calma y a la defensa de la democracia que recorrieron hoy a todo el mundo, en un momento de alta crispación en EE.UU, ante la confirmación de Joe Biden como presidente del país.

Dentro de Estados Unidos, expresidentes, congresistas y otros líderes políticos, tanto demócratas como republicanos, condenaron este miércoles la toma del Capitolio por una turba de partidarios del presidente Donald Trump, al que algunos responsabilizaron de lo ocurrido y pidieron someter a un juicio político.

Personajes de la revuelta

Fueron segundos, pero la escena se convirtió en símbolo de la violenta insurrección en el Capitolio de simpatizantes del presidente estadounidense, Donald Trump. Un hombre disfrazado de bisonte, con un gorro con cuernos y sin camiseta presidió momentáneamente el Senado de EE.UU., puño en alto, en medio del caos.

Esta rocambolesca secuencia la protagonizó Jake Angeli, un miembro del movimiento de teorías de la conspiración Qanon que se hace llamar «Yellowstone Wolf» en su canal de YouTube, en el que defiende que existe una supuesta red de pornografía infantil y tráfico sexual de menores dirigida por los demócratas, entre otras ideas.

Su presencia en el Capitolio se hizo viral en las redes sociales y llamó la atención de miles de personas, que se preguntaron de dónde salía este personaje, que fue entrevistado por Efe en noviembre.

La imagen tomó tanta fuerza que varios medios nacionales e internacionales se refirieron a Angeli como uno de los líderes de la ocupación del Congreso estadounidense.

Sus inicios

Natural de Phoenix (Arizona, EE.UU.) Angeli, de 27 años, atendió a Efe en los días posteriores a las elecciones presidenciales de EE.UU. del pasado 3 de noviembre, frente del centro de votación y conteo del condado de Maricopa, en ese estado.

«Yellowstone Wolf» se describió a sí mismo como un «elegido» enviado por Qanon, un grupo formado en foros de internet y que ha sido etiquetado por el FBI como potencial amenaza de terrorismo doméstico.

Lejos de hablar de violencia y con una sonrisa de oreja a oreja, Angeli explicó que su deber es «informar» a la comunidad de los diferentes escándalos que supuestamente esconde el Partido Demócrata, como la trata de personas, la injerencia en el Gobierno estadounidense, o el fraude electoral en contra de Trump.

Se compara con Jesús o Ghandi

Pese a que había sido visto en otras concentraciones a favor del mandatario republicano, los días de protesta enfrente del centro de conteo de votos en Maricopa fueron su primera gran aparición pública, en la que captó la atención de grandes medios del país.

En ese contexto, argumentó que su intención era «defender los votos de Trump en Arizona» mediante la «desobediencia civil», como hicieron otros grandes líderes históricos.

«Estamos haciendo frente a la narrativa global de que Biden ganó mediante desobediencia civil, como Gandhi, Jesús, o Martin Luther King hicieron», dijo, con la cara pintada de la bandera de EE.UU.

Retórica que funciona

Su mensaje en directo caló entre los seguidores de Trump presentes en esas protestas en Arizona, en parte, por su alta capacidad de retórica y una voz áspera, pero singular.

Así, se convirtió en uno de los oradores principales de cada acto en Phoenix durante esa semana, ya fuese delante de ese centro de votación, el Ayuntamiento o el Capitolio estatal.

Esas repetidas actuaciones le llevaron a ser uno de los protagonistas de la «defensa de los votos» de Trump, al nivel del presentador de radio ultraconservador Alex Jones.

En menos de dos meses, Angeli pasó de los jardines del Capitolio de Arizona a la conocida explanada del Capitolio de Washinton D.C., en la que también dio varios discursos antes de la insurrección, según varios perfiles de redes sociales.

Tras entrar en el edificio federal y alcanzar el Senado con sus compañeros, «Yellowstone Wolf» presidió momentáneamente la Cámara Alta, protagonizando una imagen que pasará a la historia. EFE