Con la educación en línea, UNIR rompe las barreras sociales

Ceremonia UNIR Alumni en Guayaquil celebrada en enero de 2020
Ceremonia UNIR Alumni en Guayaquil celebrada en enero de 2020

La pandemia demostró que la educación online es exitosa porque se acopla a cada estudiante y ayuda a combatir las desigualdades sociales. UNIR ofrece opciones de calidad.

Acortar las brechas sociales, sobre todo las relacionadas a educación, es una de las principales preocupaciones de los gobiernos en América Latina. Muchos han sido los esfuerzos para encontrar el camino que permita hacerlo, pero con poco éxito.

Con la llegada de la pandemia, esas brechas sociales amenazaron con hacerse mucho más profundas; sin embargo, y en medio de la crisis, la educación ‘on line’ ha develado un hecho histórico: su metodología permite no sólo acortar esas brechas sino además romper barreras sociales, un reto históricamente difícil de lograr.

Patty Román, una cuencana de 28 años, es un testimonio vivo de ambos logros. Ella es máster en Tecnologías Educativas y Competencias Digitales por la Universidad Internacional de la Rioja de España (UNIR), profesora en la Universidad Nacional de Educación, pero además portadora de un singular síndrome que ataca a uno de cada tres mil nacidos en el mundo: la artrogriposis.

Opción real ante la dificultad

Esta es una enfermedad que imposibilita la movilidad de brazos, piernas y, en muchos casos, hay ausencia de varios grupos de músculos en diferentes partes del cuerpo. Eso ocasiona que los brazos roten hacia dentro, mientras que las piernas lo hacen hacia afuera; los codos y rodillas quedan sin flexibilidad de extensión; las muñecas y dedos están flexionados.

Es difícil imaginar que una persona con estas dificultades médicas pueda acudir a la universidad, desplazarse por una ciudad e inclusive dar clases. Pero ella lo logró y lo hizo gracias al programa de educación en línea de UNIR.

«Esta forma de educación tomó en cuenta la diversidad y trabajó para que todos tuviéramos los mismos derechos”, afirma Patty, quien escribe con la boca porque no lo puede hacer con sus manos, pero pudo acoplar un ‘mouse’ para poder estudiar, desarrollar sus habilidades en la computadora y alcanzar su maestría.

Patty Ramón recibiendo clases de UNIR en línea
Patty Ramón recibiendo clases de UNIR en línea

Flexibilidad sin sacrificar calidad

Ese fue, precisamente, uno de los principales objetivos de UNIR: convertirse en una herramienta real para colectivos que por diversas razones no pueden acudir a la universidad presencial. Entre ellos están los habitantes de poblaciones rurales alejadas de centros educativos, personas con algún tipo de discapacidad que les impide desplazarse o seguir el ritmo de una clase tradicional, para aquellos que disponen de menos recursos, o estudiantes que tienen otras obligaciones profesionales o personales y que requieren programas educativos de calidad, pero con flexibilidad.

“Se trata no sólo de permitir el acceso igualitario a la educación, sino que además sea de alta calidad”, comenta Gabriel García-Prieto, director de Relaciones Internacionales de UNIR.

68% de los graduados de UNIR en América Latina mejoraron sus condiciones laborales tras finalizar sus estudios.Uno de los factores diferenciadores de UNIR frente a otros centros de educación superior es la calidad certificada de sus programas de estudio. La Universidad Internacional de la Rioja nació como ‘nativa digital’, es decir, nunca fue una universidad tradicional que acopló su pénsum académico a la web. Al contrario, desde la concepción de su modelo educativo, desarrolló una metodología online eficiente y exitosa.

UNIR se basa en cuatro pilares fundamentales para lograr una educación de excelencia y, además, evitar la deserción estudiantil, comenta García-Prieto. Estos son:

1. Acompañamiento de un tutor: desde el primer día, el estudiante cuenta con seguimiento y apoyo personalizado de un tutor, quien canaliza los requerimientos del alumno.

2. Contenidos enriquecidos: el contenido educativo se complementa con material audiovisual, ideas principales y secundarias diferenciadas, píldoras grabadas.

3. Profesionalización del docente: el 80% del profesorado tiene PhD y recibe preparación previa para impartir clases online exclusivamente.

4. Evaluación continua: el monitoreo constante otorga a la universidad un panorama claro de cada alumno, con el fin de reforzar conocimientos y personalizar la instrucción.

Según datos de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), que cuenta con 29.000 estudiantes en América Latina, el 68% de sus graduados en esa región mejoraron sus condiciones laborales tras acabar sus estudios a distancia. El 61% logró un aumento salarial, 40% aseguró un ascenso profesional y el 36%, además, cambió de trabajo con mejores condiciones.

Mercedes Muñoz, estudiante del Máster en Propiedad Intelectual y Derecho de las Nuevas Tecnologías en la Ceremonia UNIR Alumni
Mercedes Muñoz, estudiante del Máster en Propiedad Intelectual y Derecho de las Nuevas Tecnologías en la Ceremonia UNIR Alumni

‘Audiencias’ estudiantiles diversas

García-Prieto comenta además que la metodología de UNIR es compatible con personas que trabajan, amas de casa y personas dedicadas a los cuidados, personas con discapacidad o que habitan en localidades remotas o rurales, que de otra forma no tendrían acceso a educación de tercer y cuarto nivel.

Ese es el caso de Avimael Velásquez, un joven kichwa otavaleño. Desde pequeño aprendió el oficio de tejer, una ocupación que respeta y por la cual tiene gran admiración. Pero desde niño sabía que no se dedicaría a eso cuando creciera: soñaba con ser un profesional de las Matemáticas.

Los títulos de tercer y cuarto nivel que confiere la UNIR están avalados por el Senescyt y otras universidades a nivel mundial, con lo cual los graduados pueden continuar con un doctorado o un PhD si así lo desean.Debido a la escasez de centros de educación superior en Otavalo, Avimael se veía obligado a abandonar su ciudad para poder estudiar. Hasta que encontró a UNIR, la universidad en internet, que le permitía estudiar sin tener que mudarse a otro sitio y entrar en gastos para su manutención. El joven concluyó el año pasado sus estudios de posgrado en Didáctica Matemáticas en Básica Superior y Bachillerato en UNIR y ahora trabaja como docente en su comunidad.

Actualmente, la universidad cuenta con 8.500 alumnos de las 24 provincias, incluidos residentes de las islas Galápagos y la Amazonía.

Hay muchas historias de vida por contar y otras por construir; la UNIR ha sido y es la única opción de poder estudiar e insertarse en el mercado laboral para miles de ecuatorianos”, Gabriel García-Prieto, director de Relaciones Internacionales de UNIR.