Redacción QUITO
En la Corte Nacional de Justicia se cumplió el testimonio anticipado del exagente de la Secretaría Nacional de Inteligencia (Senain) Raúl Chicaiza dentro del proceso que investiga el secuestro del activista político Fernando Balda en Colombia en agosto de 2012.
Según su versión, una cadena de mando autorizó la operación. A la cabeza la Presidencia de la República, presidida entonces por Rafael Correa, luego la Senain que estaba a cargo de Pablo Romero y luego la Dirección de Operaciones Especiales.
Chicaiza afirmó que en primera instancia se trasladó a Bogotá – Colombia para investigar una presunta venta de equipos de espionaje por parte de Balda, pero que luego recibió la orden de traer como sea al activista por un tema que afectaba el pudor del entonces presidente Correa.
El exfuncionario de inteligencia aseguró que por dos ocasiones se comunicó telefónicamente con Correa, quien en el ámbito de inteligencia se le llamaba con el seudónimo de ‘Carlitos’.
Una el 6 de agosto de ese año antes de la operación y otra después de que fracasó el secuestro del activista. Según el exagente en las dos ocasiones Correa le habría manifestado que tiene todo el apoyo económico, institucional y político.
Para el secuestro de Balda se habrían entregado 28 mil dólares a quienes iban a ejecutar el ilícito. Mientras que en toda la operación se desembolsó 60 mil dólares, todo en efectivo y de la cuenta de gastos reservados.
Por su parte, Diana Falcón, también exagente de la Senain, ratificó en la audiencia lo dicho por Raúl Chizaiza. Falcón dijo que solo se cumplieron órdenes superiores pero que, en su caso, se enteró del operativo clandestino cuando estuvo en Colombia y que cuestionó a Romero, su jefe superior, por la misión encomendada.
Tras la audiencia Caupolitán Ochoa, abogado de Rafael Correa, rechazó la versión del agente ya que dijo repitió un libreto aprendido de memoria solo con la finalidad de involucrar en el proceso a su defendido. (HCR)