En el último día, Brasil registró 499 muertes, con 78.162 contagiados.
Ante las crecientes cifras, el presidente Jair Bolsonaro afirmó que “la facture” de los fallecidos “tiene que ser enviada” a gobernadores y alcaldes, a quienes acusó de ser los principales impulsores de adoptar medidas de aislamiento contra el Covid-19.
En abierta polémica con los gobiernos locales, Bolsonaro ha invitado a los brasileños a volver al trabajo. También generó polémica la víspera al insinuar que no podía hacer nada frente al aumento de víctimas porque, según él, la Constitución no se lo permite.
La red hospitalaria pública de Río de Janeiro, el tercer estado más poblado de Brasil con 17 millones de habitantes y el segundo más afectado por la pandemia (794 muertes y 8.869 contagios), solo por detrás de Sao Paulo, está colapsada, según anunció ayer gobernadora Wilson Witzel.
Sao Paulo, la mayor ciudad del país, y su región metropolitana, tienen ocupadas el 80 % de las camas de cuidados intensivos.