Ambato, mujeres continúan siendo víctimas de acoso callejero

Ambato, mujeres continúan siendo víctimas de acoso callejero
Ambato, mujeres continúan siendo víctimas de acoso callejero
Ambato, mujeres continúan siendo víctimas de acoso callejero
Ambato, mujeres continúan siendo víctimas de acoso callejero
Ambato, mujeres continúan siendo víctimas de acoso callejero
Ambato, mujeres continúan siendo víctimas de acoso callejero
Ambato, mujeres continúan siendo víctimas de acoso callejero
Ambato, mujeres continúan siendo víctimas de acoso callejero

Era un día común en la vida de Gabriela, quien caminaba por la avenida Cevallos, en el centro de Ambato. El sol pegaba fuerte por lo que muchas personas se aglomeraban para circular por la acera buscando un poco de sombra.

“Transitaba tranquila cuando un tipo desconocido se acercó y trató de besarme. Yo me desesperé y empecé a reclamarle e insultarle”, comentó al tiempo de asegurar que la impotencia y el coraje fueron los sentimientos que la embargaron en ese momento.

Según la joven esta no es la primera vez que se siente acosada en plena calle y a vista y paciencia de todos, situación semejante viven muchas mujeres en la ciudad.

Problema

Silbidos, miradas intensas, comentarios obscenos, piropos de mal gusto y persecución son algunas de las cosas con las que las mujeres deben lidiar a diario y que se considera como acoso callejero.

Amanda Salas, quien forma parte de colectivos de mujeres, dijo que es preocupante sobre todo porque la ciudadanía asume como normal ese comportamiento violento hacia la mujer.

“Se da porque a las mujeres se nos concibe como objeto y lo que es peor como objetos públicos, que cualquiera puede mirar, tocar y decir lo que les da la gana”, aseguró.

Para la feminista el simple hecho de salir a la calle se convierte en un fastidio debido a que ahora son ellas quienes tienen que prevenirse “vistiendo con ropa no muy provocativa o que a la gente no le parezca provocativa, a arreglarnos menos, a no caminar por ciertos lugares. Y esto obliga una vez más a que sea la víctima quien deba cuidarse”, cuestionó.

Salas, además, sostiene que los esfuerzos para cambiar esta realidad no son suficientes tanto es así que en Ambato poco o nada se ha hecho.

“Las nuevas generaciones van concibiendo a la mujer de esta forma errónea”, dijo al relatar que un niño de aproximadamente 12 años le sorprendió tocándole un seno, en la calle.

Normativa

Para Salomé Marín, concejal de Ambato, aún no se cuenta con una normativa que pueda prevenir este tipo de violencia aunque aseguró que se está trabajando un proyecto que inició con motivo del Día Internacional de la Mujer donde se desarrollaron acercamientos con autoridades y colectivos de la capital, ya que es una de las ciudades que implementaron en el sistema de transporte público una normativa de prevención.

“Me reuní con la Agencia de Cooperación Española y la AME, fui invitada en representación de Ambato con otras tres ciudades del Ecuador para empezar un trabajo conjunto que contará con recursos no reembolsables de cooperación internacional en este tema”, dijo.

Según Marín una de las bases para cambiar esta realidad es la educación con niños y adolescentes. (APQ)

Era un día común en la vida de Gabriela, quien caminaba por la avenida Cevallos, en el centro de Ambato. El sol pegaba fuerte por lo que muchas personas se aglomeraban para circular por la acera buscando un poco de sombra.

“Transitaba tranquila cuando un tipo desconocido se acercó y trató de besarme. Yo me desesperé y empecé a reclamarle e insultarle”, comentó al tiempo de asegurar que la impotencia y el coraje fueron los sentimientos que la embargaron en ese momento.

Según la joven esta no es la primera vez que se siente acosada en plena calle y a vista y paciencia de todos, situación semejante viven muchas mujeres en la ciudad.

Problema

Silbidos, miradas intensas, comentarios obscenos, piropos de mal gusto y persecución son algunas de las cosas con las que las mujeres deben lidiar a diario y que se considera como acoso callejero.

Amanda Salas, quien forma parte de colectivos de mujeres, dijo que es preocupante sobre todo porque la ciudadanía asume como normal ese comportamiento violento hacia la mujer.

“Se da porque a las mujeres se nos concibe como objeto y lo que es peor como objetos públicos, que cualquiera puede mirar, tocar y decir lo que les da la gana”, aseguró.

Para la feminista el simple hecho de salir a la calle se convierte en un fastidio debido a que ahora son ellas quienes tienen que prevenirse “vistiendo con ropa no muy provocativa o que a la gente no le parezca provocativa, a arreglarnos menos, a no caminar por ciertos lugares. Y esto obliga una vez más a que sea la víctima quien deba cuidarse”, cuestionó.

Salas, además, sostiene que los esfuerzos para cambiar esta realidad no son suficientes tanto es así que en Ambato poco o nada se ha hecho.

“Las nuevas generaciones van concibiendo a la mujer de esta forma errónea”, dijo al relatar que un niño de aproximadamente 12 años le sorprendió tocándole un seno, en la calle.

Normativa

Para Salomé Marín, concejal de Ambato, aún no se cuenta con una normativa que pueda prevenir este tipo de violencia aunque aseguró que se está trabajando un proyecto que inició con motivo del Día Internacional de la Mujer donde se desarrollaron acercamientos con autoridades y colectivos de la capital, ya que es una de las ciudades que implementaron en el sistema de transporte público una normativa de prevención.

“Me reuní con la Agencia de Cooperación Española y la AME, fui invitada en representación de Ambato con otras tres ciudades del Ecuador para empezar un trabajo conjunto que contará con recursos no reembolsables de cooperación internacional en este tema”, dijo.

Según Marín una de las bases para cambiar esta realidad es la educación con niños y adolescentes. (APQ)

Era un día común en la vida de Gabriela, quien caminaba por la avenida Cevallos, en el centro de Ambato. El sol pegaba fuerte por lo que muchas personas se aglomeraban para circular por la acera buscando un poco de sombra.

“Transitaba tranquila cuando un tipo desconocido se acercó y trató de besarme. Yo me desesperé y empecé a reclamarle e insultarle”, comentó al tiempo de asegurar que la impotencia y el coraje fueron los sentimientos que la embargaron en ese momento.

Según la joven esta no es la primera vez que se siente acosada en plena calle y a vista y paciencia de todos, situación semejante viven muchas mujeres en la ciudad.

Problema

Silbidos, miradas intensas, comentarios obscenos, piropos de mal gusto y persecución son algunas de las cosas con las que las mujeres deben lidiar a diario y que se considera como acoso callejero.

Amanda Salas, quien forma parte de colectivos de mujeres, dijo que es preocupante sobre todo porque la ciudadanía asume como normal ese comportamiento violento hacia la mujer.

“Se da porque a las mujeres se nos concibe como objeto y lo que es peor como objetos públicos, que cualquiera puede mirar, tocar y decir lo que les da la gana”, aseguró.

Para la feminista el simple hecho de salir a la calle se convierte en un fastidio debido a que ahora son ellas quienes tienen que prevenirse “vistiendo con ropa no muy provocativa o que a la gente no le parezca provocativa, a arreglarnos menos, a no caminar por ciertos lugares. Y esto obliga una vez más a que sea la víctima quien deba cuidarse”, cuestionó.

Salas, además, sostiene que los esfuerzos para cambiar esta realidad no son suficientes tanto es así que en Ambato poco o nada se ha hecho.

“Las nuevas generaciones van concibiendo a la mujer de esta forma errónea”, dijo al relatar que un niño de aproximadamente 12 años le sorprendió tocándole un seno, en la calle.

Normativa

Para Salomé Marín, concejal de Ambato, aún no se cuenta con una normativa que pueda prevenir este tipo de violencia aunque aseguró que se está trabajando un proyecto que inició con motivo del Día Internacional de la Mujer donde se desarrollaron acercamientos con autoridades y colectivos de la capital, ya que es una de las ciudades que implementaron en el sistema de transporte público una normativa de prevención.

“Me reuní con la Agencia de Cooperación Española y la AME, fui invitada en representación de Ambato con otras tres ciudades del Ecuador para empezar un trabajo conjunto que contará con recursos no reembolsables de cooperación internacional en este tema”, dijo.

Según Marín una de las bases para cambiar esta realidad es la educación con niños y adolescentes. (APQ)

Era un día común en la vida de Gabriela, quien caminaba por la avenida Cevallos, en el centro de Ambato. El sol pegaba fuerte por lo que muchas personas se aglomeraban para circular por la acera buscando un poco de sombra.

“Transitaba tranquila cuando un tipo desconocido se acercó y trató de besarme. Yo me desesperé y empecé a reclamarle e insultarle”, comentó al tiempo de asegurar que la impotencia y el coraje fueron los sentimientos que la embargaron en ese momento.

Según la joven esta no es la primera vez que se siente acosada en plena calle y a vista y paciencia de todos, situación semejante viven muchas mujeres en la ciudad.

Problema

Silbidos, miradas intensas, comentarios obscenos, piropos de mal gusto y persecución son algunas de las cosas con las que las mujeres deben lidiar a diario y que se considera como acoso callejero.

Amanda Salas, quien forma parte de colectivos de mujeres, dijo que es preocupante sobre todo porque la ciudadanía asume como normal ese comportamiento violento hacia la mujer.

“Se da porque a las mujeres se nos concibe como objeto y lo que es peor como objetos públicos, que cualquiera puede mirar, tocar y decir lo que les da la gana”, aseguró.

Para la feminista el simple hecho de salir a la calle se convierte en un fastidio debido a que ahora son ellas quienes tienen que prevenirse “vistiendo con ropa no muy provocativa o que a la gente no le parezca provocativa, a arreglarnos menos, a no caminar por ciertos lugares. Y esto obliga una vez más a que sea la víctima quien deba cuidarse”, cuestionó.

Salas, además, sostiene que los esfuerzos para cambiar esta realidad no son suficientes tanto es así que en Ambato poco o nada se ha hecho.

“Las nuevas generaciones van concibiendo a la mujer de esta forma errónea”, dijo al relatar que un niño de aproximadamente 12 años le sorprendió tocándole un seno, en la calle.

Normativa

Para Salomé Marín, concejal de Ambato, aún no se cuenta con una normativa que pueda prevenir este tipo de violencia aunque aseguró que se está trabajando un proyecto que inició con motivo del Día Internacional de la Mujer donde se desarrollaron acercamientos con autoridades y colectivos de la capital, ya que es una de las ciudades que implementaron en el sistema de transporte público una normativa de prevención.

“Me reuní con la Agencia de Cooperación Española y la AME, fui invitada en representación de Ambato con otras tres ciudades del Ecuador para empezar un trabajo conjunto que contará con recursos no reembolsables de cooperación internacional en este tema”, dijo.

Según Marín una de las bases para cambiar esta realidad es la educación con niños y adolescentes. (APQ)