Alianzas público-privadas, sin mayor despegue

Construcción. Puerto de Posorja y de la carretera Guayaquil-Salinas funcionan bajo estas alianzas.
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El esquema de Alianzas público-privadas no se ha desarrollado como se esperaba en Ecuador. Esto, a pesar de que desde el 18 de diciembre de 2015 está en vigencia una Ley que establece beneficios como la exoneración del pago por 10 años del impuesto a la renta; la exoneración del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) sobre las importaciones, financiamiento y pago de dividendos; la reducción del pago de aranceles y de Impuesto al Valor Agregado (IVA) en importaciones relacionadas con el proyecto.

Diego Olmedo, analista económico y empresarial, opina que la primera barrera que ha impedido el despegue del esquema tiene que ver con la desconfianza del sector privado y la inseguridad jurídica: “La difícil situación fiscal mantiene en vilo a los inversionistas, que temen que el Gobierno cambie, en cualquier momento, las reglas de juego o suba impuestos”.

Desplome de inversión pública
Otro de los factores es que el presupuesto para inversión y ejecución estatal alcanzan su nivel más bajo en 9 años: con corte a octubre 2019, no llegan ni al 45%.

Según Planifica Ecuador, la falta de recursos del estado ha provocado que estén represados 538 proyectos.

Santiago García, economista y docente de la Universidad Central del Ecuador (UCE), comentó que la inversión del sector público no financiero pasó del 14,8% (2013) al 5,9%.

Para encontrar financiamiento, García propone una serie de medidas que van desde renegociar las metas del programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la monetización de activos, hasta la reducción negociada del 30% del subsidio a la gasolina extra y diésel.

Sin claridad
Finalmente, otro factor que no impulsa el desarrollo de las Alianzas público- privadas es que no hay coordinación entre Estado y las empresas tanto para acordar acciones como para identificar los sectores con más potencial para la inversión, y que podrían generar más empleo y desarrollo, sin tomar en cuenta petróleo y minería.

“Los sectores que generan más encadenamientos productivos, que ahora funcionan como islas, son el acero, cerámicas, logística, turismo y servicios. Si no se los impulsa, el desarrollo y el crecimiento seguirán relegados”, concluyó Olmedo. (JS)

El esquema de Alianzas público-privadas no se ha desarrollado como se esperaba en Ecuador. Esto, a pesar de que desde el 18 de diciembre de 2015 está en vigencia una Ley que establece beneficios como la exoneración del pago por 10 años del impuesto a la renta; la exoneración del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) sobre las importaciones, financiamiento y pago de dividendos; la reducción del pago de aranceles y de Impuesto al Valor Agregado (IVA) en importaciones relacionadas con el proyecto.

Diego Olmedo, analista económico y empresarial, opina que la primera barrera que ha impedido el despegue del esquema tiene que ver con la desconfianza del sector privado y la inseguridad jurídica: “La difícil situación fiscal mantiene en vilo a los inversionistas, que temen que el Gobierno cambie, en cualquier momento, las reglas de juego o suba impuestos”.

Desplome de inversión pública
Otro de los factores es que el presupuesto para inversión y ejecución estatal alcanzan su nivel más bajo en 9 años: con corte a octubre 2019, no llegan ni al 45%.

Según Planifica Ecuador, la falta de recursos del estado ha provocado que estén represados 538 proyectos.

Santiago García, economista y docente de la Universidad Central del Ecuador (UCE), comentó que la inversión del sector público no financiero pasó del 14,8% (2013) al 5,9%.

Para encontrar financiamiento, García propone una serie de medidas que van desde renegociar las metas del programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la monetización de activos, hasta la reducción negociada del 30% del subsidio a la gasolina extra y diésel.

Sin claridad
Finalmente, otro factor que no impulsa el desarrollo de las Alianzas público- privadas es que no hay coordinación entre Estado y las empresas tanto para acordar acciones como para identificar los sectores con más potencial para la inversión, y que podrían generar más empleo y desarrollo, sin tomar en cuenta petróleo y minería.

“Los sectores que generan más encadenamientos productivos, que ahora funcionan como islas, son el acero, cerámicas, logística, turismo y servicios. Si no se los impulsa, el desarrollo y el crecimiento seguirán relegados”, concluyó Olmedo. (JS)

El esquema de Alianzas público-privadas no se ha desarrollado como se esperaba en Ecuador. Esto, a pesar de que desde el 18 de diciembre de 2015 está en vigencia una Ley que establece beneficios como la exoneración del pago por 10 años del impuesto a la renta; la exoneración del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) sobre las importaciones, financiamiento y pago de dividendos; la reducción del pago de aranceles y de Impuesto al Valor Agregado (IVA) en importaciones relacionadas con el proyecto.

Diego Olmedo, analista económico y empresarial, opina que la primera barrera que ha impedido el despegue del esquema tiene que ver con la desconfianza del sector privado y la inseguridad jurídica: “La difícil situación fiscal mantiene en vilo a los inversionistas, que temen que el Gobierno cambie, en cualquier momento, las reglas de juego o suba impuestos”.

Desplome de inversión pública
Otro de los factores es que el presupuesto para inversión y ejecución estatal alcanzan su nivel más bajo en 9 años: con corte a octubre 2019, no llegan ni al 45%.

Según Planifica Ecuador, la falta de recursos del estado ha provocado que estén represados 538 proyectos.

Santiago García, economista y docente de la Universidad Central del Ecuador (UCE), comentó que la inversión del sector público no financiero pasó del 14,8% (2013) al 5,9%.

Para encontrar financiamiento, García propone una serie de medidas que van desde renegociar las metas del programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la monetización de activos, hasta la reducción negociada del 30% del subsidio a la gasolina extra y diésel.

Sin claridad
Finalmente, otro factor que no impulsa el desarrollo de las Alianzas público- privadas es que no hay coordinación entre Estado y las empresas tanto para acordar acciones como para identificar los sectores con más potencial para la inversión, y que podrían generar más empleo y desarrollo, sin tomar en cuenta petróleo y minería.

“Los sectores que generan más encadenamientos productivos, que ahora funcionan como islas, son el acero, cerámicas, logística, turismo y servicios. Si no se los impulsa, el desarrollo y el crecimiento seguirán relegados”, concluyó Olmedo. (JS)

El esquema de Alianzas público-privadas no se ha desarrollado como se esperaba en Ecuador. Esto, a pesar de que desde el 18 de diciembre de 2015 está en vigencia una Ley que establece beneficios como la exoneración del pago por 10 años del impuesto a la renta; la exoneración del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) sobre las importaciones, financiamiento y pago de dividendos; la reducción del pago de aranceles y de Impuesto al Valor Agregado (IVA) en importaciones relacionadas con el proyecto.

Diego Olmedo, analista económico y empresarial, opina que la primera barrera que ha impedido el despegue del esquema tiene que ver con la desconfianza del sector privado y la inseguridad jurídica: “La difícil situación fiscal mantiene en vilo a los inversionistas, que temen que el Gobierno cambie, en cualquier momento, las reglas de juego o suba impuestos”.

Desplome de inversión pública
Otro de los factores es que el presupuesto para inversión y ejecución estatal alcanzan su nivel más bajo en 9 años: con corte a octubre 2019, no llegan ni al 45%.

Según Planifica Ecuador, la falta de recursos del estado ha provocado que estén represados 538 proyectos.

Santiago García, economista y docente de la Universidad Central del Ecuador (UCE), comentó que la inversión del sector público no financiero pasó del 14,8% (2013) al 5,9%.

Para encontrar financiamiento, García propone una serie de medidas que van desde renegociar las metas del programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la monetización de activos, hasta la reducción negociada del 30% del subsidio a la gasolina extra y diésel.

Sin claridad
Finalmente, otro factor que no impulsa el desarrollo de las Alianzas público- privadas es que no hay coordinación entre Estado y las empresas tanto para acordar acciones como para identificar los sectores con más potencial para la inversión, y que podrían generar más empleo y desarrollo, sin tomar en cuenta petróleo y minería.

“Los sectores que generan más encadenamientos productivos, que ahora funcionan como islas, son el acero, cerámicas, logística, turismo y servicios. Si no se los impulsa, el desarrollo y el crecimiento seguirán relegados”, concluyó Olmedo. (JS)