9 de Octubre de 1820: Independencia de Guayaquil

Amaneciel 9 de octubre de 1820, surgiel sol ecuatoriano en todo su esplendor, sus rayos vivificadores rasgaron ese manto hermoso que se extiende sobre la cordillera en la cual se levanta el majestuoso Chimborazo para dejarnos admirar la perla del Pacico, la serial Guayaquil, la ciudad que lleva como lema de su conquista y norte de sus aspiraciones Guayaquil Independiente.
En esta clarinada del 9 de octubre de 1820, empieza a avizorarse un nuevo horizonte, a romper las cadenas de opresi y tiran, en esta fecha se consolida la independencia y libertad, confirmdose m tarde el 24 de mayo de 1822, en la batalla de Pichincha, y en otras jornadas heroicas y libertarias, gestadas por Bolar y dirigidas a m de , por su principal colaborador Antonio Josde Sucre y esa plade de hombres dinicos y valientes que ofrendaron sus vidas en el altar sagrado del suelo ecuatoriano.
Es ascomo, numerosos ciudadanos el 9 de octubre de 1820, hombres, mujeres y nis, con la dulce compaa de esos primeros albores de la mana recorren las calles prorrumpiendo en gritos de Viva la Patria! Viva la libertad!.
Se enarbola en todos los balcones de la ciudad un precioso pabell de la armoniosa concepci; cinco franjas horizontales: tres azules y dos blancas; en el centro azul tres estrellas que representaban a los tres departamentos del Ecuador, en que se hallaba dividido en ese entonces.

Co se desarrollbr>En stesis, la jornada del 9 de octubre de 1820 se cumplias «El acto de Independencia se produjo al amanecer del 9 de octubre de este a. El Tcrnl. Escobedo subleva su batall peruano Granaderos de la Reserva; los dos oficiales del Numancia, dados de baja, Letamendi y Febres Cordero se tomaron los otros cuarteles. Guayaquil ten 1.500 hombre. Asumiactitud brillante Luis Urdaneta, quien matcon su pistola al comandante de Caballer Joaqu Magallar. El Gobernador de la Plaza, Vivero, el jefe de las lanchas caneras, Villalba, fueron apresados. La acci bien calculada, alcanzcabal culminaci».
Como recuerdo de esta gesta victoriosa lleva su nombre una de las principales avenidas de la ciudad. La avenida 9 de octubre, arteria principal de Guayaquil, caracterizada por sus majestuosos edificios, por su comercio intenso y por sus movimientos extraordinarios.

El coraz de la ciudad
La avenida 9 de Octubre es el coraz de la ciudad de Guayaquil, cutas veces ha servido de escenario, a partir de esta fecha que conmemoramos hoy, para vibrar el heroico patriotismo y justa rebeld, en procura de reclamar sus derechos, hacer respetar lo que le corresponde, protestar contra los gestores de la corrupci y regionalismo.
Cutas veces algunos mandatarios de la Naci con sus selectas comitivas, han recibido el homenaje de los guayaquiles, han sido testigos del civismo manifestado en los desfiles en honor a los Hoes del 9 de Octubre de 1820; y desde la tribuna de la Segunda Zona militar se han improvisado discursos, se han hecho ofrecimientos al pueblo, que no se han cumplido en su mayor parte.

Que sirva de ejemplo
El sacrificio de los hombres del 9 de octubre nos ha servido de ejemplo o aliciente para liberar a Guayaquil y al resto del pa de sus problemas socioeconicos.
Que este d que nos recuerda la jornada trascendental de la libertad, el progreso, la verdad y la justicia, sirva para dar un nuevo empuje de compromiso serio a esta metroli hermosa de Amica.
El movimiento heroico de Guayaquil fue uno de los m firmes basamentos para la conquista de la victoria que sellla independencia y un camino que se abre a la forja de nuevos destinos para el Ecuador.
El patriotismo que se refleja en esta fecha histica debe ser la fuente generosa de los m caros ideales que impulsen el progreso de la Patria, y cuando nos alejamos de en su m noble concepci, y en la prticadel mismo, nos encontramos al borde del naufragio.
El pueblo de Guayaquil ha dado pruebas incuestionables del progreso, del triunfo y bienestar.

La gesta
Amica sufr la sagrada convulsi de la libertad, el viento cido y tropical de la independencia volaba por los timos rincones levantando incendios que iban reduciendo a escombros el magno edificio del poder espal.
El la Real Audiencia del Reino de Quito, la histica ciudad de los Shirys hab proclamado su libertad; ese mismo anhelo viv la hidalga ciudad de Guayaquil, desgraciadamente el ambiente era adverso; Espa, llevada de justas sospechas, hac vigilar de cerca, habiendo establecido, en el puerto, una guardia que alcanzaba al fabuloso nero de 1.500 plazas, repartidas en cinco cuerpos.
Sin embargo de ello, m que la austera vigilancia espala pudo el sentimiento fervoroso de la juventud guayaquile que en medio de la m absoluta reserva, pero con el m timo denuedo, se lanza preparar la conspiraci.
En este ambiente cido, en que se incubaba poderosamente el germen revolucionario, arribaron a Guayaquil tres ilustres jenes venezolanos, que acababan precisamente de ser expulsados del histico Cuerpo Numancia, por motivos revolucionarios.
Miguel Letamendi, Le Feberes Cordero y Luis Urdaneta se sumaron al esfuerzo generoso de los distinguidos guayaquiles Villamil, Antepara, Roca, Elizalde, Escobedo, Farf y otros.
El trabajo estmuy adelantado, la sagrada causa ha tomado cuerpo. En casa de Villamil, se reen todos los conspiradores, escondidos largamente, discuten el plan y adoptan las resoluciones que habr de dar el empuje decisivo a la magna empresa.
Las dificultades no escasean, por lo contrario se presentan a cada paso una de ellas, y quizla principal es la excusa de quienes han sido propuestos para ponerse al frente de la revoluci; pero el temple de acero y fogoso del joven militar Febres Cordero, encuentra y grita la soluci: «Procedamos todos en nombre de la Patria. Hagamos la revoluci, triunfemos y despu vendrtodo», dice.
Vientos favorables siguen empujando la nave de la conspiraci; pero luego asoma la amenaza de la tormenta; la conspiraci ha sido descubierta.
La hora es suprema: los dirigentes se reen y despu de largo discutir concluyen que la salvaci ser adelantar el golpe; Febres Cordero exclama «Ahora o nunca» y al son de aquella lacica pero fogosa arenga se lanzan a la revoluci.
Una tima reuni celebran los conspiradores la noche del 8 de octubre y aunque toda ha sido descubierta y todo esta punto de aparecer, los hoes que dirigen el movimiento est dispuestos a dar el golpe final, sea que te les lleve al triunfo o a la muerte!…
Con las primera brisas de la cebre madrugada del 9 de octubre de 1820 se dispersan los gestores de la conspiraci llevando cada uno la sagrada consigna de cumplir; se dirigen a los cuarteles sorprenden a los centinelas los desarman; penetran en el interior, reen a la tropa la arengan con delirio y la ganan a la causa sagrada de la libertad.