Bajo un sol abrasador se celebró el carnaval de Amaguaña. Contó con la asistencia de alrededor de 10 mil personas que festejaron entre comparsas y agresión.
A pesar de los aproximadamente 200 policías que se encontraban en el lugar para ayudar en el tránsito y el orden, fue incontenible la euforia de la gente que no distinguía sexo ni edad para atacar con espuma de carnaval. No medían el lugar donde apuntaban, ya que llegaba hasta los ojos.
Así, entre apretones y trifulca no todos podían divisar el paso de la alegre comparsa. Era una constante lluvia de espuma de carnaval, harina y huevos.
El agua se usó en pocas cantidades, lo cual no hizo la diferencia en el total desorden, que incluso causó robos y susto.
Espuma en lugar de agua
Carlos Garzón, propietario de la sastrería Gran Colombia, es morador de Amaguaña hace 30 años. Comentó que el ambiente del carnaval es divertido, sobre todo por la participación de cerca de 60 comparsas que intervinieron este año.
Garzón añadió que, el problema que tienen es la desorganización, porque la gente juega con agresión. También mencionó que a pesar de que este año se pretendía dar un cambio, no se llegó al objetivo, ya que las personas siguen divirtiéndose ensuciándose.
Lucrecia Guara, es moradora de Amaguaña hace 45 años, tiene un puesto de fritada. Ella señaló que el cambio de ruta de las comparsas afectó las ventas.
También mencionó que la población está en contra de la agresión, pero la gente no cambia y continúan usando huevos, harina y espuma.
Vendedores por doquier
Hubo vendedores de espuma de carnaval por doquier y también en la carretera. Asimismo se expedían huevos y harina.
El costo de la espuma de carnaval era de 1,25 a 1,50 dólares. Los huevos costaban a 10 centavos la unidad y la harina se vendía en funditas de 20 a 25 centavos.
El tráfico fue un inconveniente, muchas personas decidían regresar para evitar el embotellamiento.