Tapones, guantes y chompas gruesas, fueron elementos de la vestimenta de los siete jóvenes en la torre norte del convento de ‘San Francisco’ para coordinar el acompañamiento musical de la despedida a la Semana Santa.
Las partituras pegadas en las paredes, y las indicaciones del músico Antonio Cillio, guiaron el acoplamiento de las campanas con la música tocada en la plaza.
Cientos de personas miraron la danza interpretativa de la creación humana y escucharon las melodías sacras durante una hora 45 minutos.
Los juegos pirotécnicos de la luz artificial le dijeron hasta la próxima a la Semana Santa.
“Se combina el sonido de las campanas de la iglesia de San Francisco con la música de cinco grupos en vivo. La percusión, el chelo, los violines y la batería, son los instrumentos utilizados”, comentó Carlota Schwalbe, representante del Teatro Nacional Sucre.
“Es muy bueno para unir a las personas en el campo religioso”, manifestó el ciudadano de 38 años, Marco Vinicio Calle. “Así las personas se acercan a la religión”, sostuvo Rocío Muñoz, de 36 años.
Minutos antes el padre franciscano, Jaime Zhindon, quien colaboró en el concierto, manifestó en la última misa que lo importante es que “Dios haya resucitado en todos los hogares y familias”.
Apoyo
* 400 personas participaron en el concierto sacro