Un día diferente, de entrega, devoción y fe vivieron ayer los participantes y asistentes a la procesión de Jesús del Gran Poder en el Centro de Quito.
Los preparativos comenzaron hace un año, dijo Juan Díaz, participante. Sin embargo ayer fue el gran día, desde las 6 de la mañana en el convento los participantes de la procesión se dieron cita para preparar su vestimenta, revisar sus liturgias y organizarse en los pelotones que debían cruzar por las calles del Casco Colonial.
La banda de la Policía Nacional abrió la procesión y con ella las oraciones, las penitencias y los deseos por encontrar una nueva paz espiritual tras la Semana Mayor.
Ventas y negocios
Los lugares más visitados por los asistentes a la procesión fueron los servicios de jugos, sánduches y venta de velas, inciensos, escapularios e imágenes de Jesús del Gran Poder.
Sin embargo una estrategia de venta utilizada en las iglesias fue entregar al ingreso de cada capilla una imagen de Santo, escapulario o estampilla y solicitar a los files donaciones voluntarias que variaban entre $ 0.25 y $ 1.
La fe también estuvo presente entre las personas que se apostaron con Biblia en mano en la Plaza Grande, El Teatro y otras para hablar sobre la redención, la culpa y el perdón, convocando a grupos pequeños que proporcionaban a cambio de pequeños volantes monedas de $ 0.10, $ 0.25, $ 0.50 centavos a cambio de un mensaje religioso.
Las familias tras la procesión decidieron comer nutritivos platos, la tradicional fanesca estuvo presente. “La comida que se prepara en las fechas especiales es única en Ecuador y no hay ningún pretexto para no disfrutar”, dijo Ligia Cando, degustadora del Mercado Central.