Urmi vive un calvario

En el Urmi, 15 chicos están permanentemente en las instalaciones que suelen acoger a 30.
En el Urmi, 15 chicos están permanentemente en las instalaciones que suelen acoger a 30.

Ibarra, La Hora.

En ocasiones una palabra puede cambiar la vida, en otras un lugar; A Verónica fue una tarde, en la que su padre murió.

En una pequeña cama, con un delgado colchón, durmió un año mientras pagó la supuesta complicidad por la muerte de su progenitor.

A ella la encontramos mientras visitó la que hace dos meses fue su casa. Se trata del Centro de Rehabilitación de Ibarra, que acoge a los muchachos que cometen delitos y que aún no cumplen la mayoría de edad.

Según el artículo 189 de la ley, los menores tienen derecho a contar con educación, formación profesional, actividades recreativas y atención médica, durante su internamiento.

Ausencias
Pero, esto parece ser una utopía en la Unidad de Rehabilitación de Menores Infractores de Ibarra (URMI) porque, aunque parece mentira, allí escasea desde la comida, vigilancia, hasta un director titular.

Para Germania Revelo, directora encargada del URMI, los problemas inician desde el hecho en que el centro lleva diez años sin director titular. “Seis meses es el período más extenso de una administración, porque también existieron direcciones de un solo día”, dijo.

Aseguró que esto interrumpe las actividades porque “somos cuatro personas las que trabajamos aquí y debemos dejar obligaciones para encargarnos de la dirección”, explicó.

Desde que Germanía asumió la dirección, hace un mes, las terapias y evaluaciones en el área social están retrasadas, porque ella era la única encargada en el tema.

Sin embargo, Nicolás Naranjo, viceministro de Bienestar Social, considera que “este no es un problema exclusivo de Imbabura, sino un inconveniente estructural a nivel nacional”.
El personal tampoco es suficiente, porque no cuentan con un psicólogo permanente e inspectores.

“Por las mañanas somos nosotros quienes controlamos el comportamiento de los muchachos y cuando existen peleas ni siquiera el personal uniformado nos colabora, porque dicen que no está dentro de sus obligaciones”, dijo Revelo.

Jóvenes sin comida
La dirección recibe USD 0.75 para el desayuno, almuerzo, merienda y refrigerio de cada muchacho. A eso se suma el recorte, a la mitad, del número de porciones destinadas al centro, hecho recientemente.

Para ella, la seriedad de este inconveniente está reflejado en que los muchachos no quedan satisfechos después de cada comida, porque las raciones son mínimas.

Además, los chicos no tienen el suficiente tiempo para ser tratados psicológicamente, porque sólo dos días a la semana reciben terapias. “Aunque avanzamos mucho, el tiempo no es suficiente”, dijo Martha Gómez, psicóloga del centro.

Lo peor de todo es que la solución a todos los problemas del centro no se ve fácil, pero creen que es momento de iniciar por algo.

URMI
Problemas

En el Centro trabajan cuatro personas, un solo inspector por las noches y nadie recibió nunca capacitación alguna.

Los medicamentos y la atención médica de los chicos es una colaboración de la Dirección de Salud y autogestión.

Aunque son pocos los casos en que los menores reinciden en sus comportamientos después de salir en libertad, creen que parte del problema está en que no existe una adecuada rehabilitación.

La infraestructura no es un grave problema, pero los materiales para los talleres de carpintería son escasos.