POR: MIGUEL ÁNGEL RENGIFO ROBAYO
Rimbaud ya lo indicó a los escritores que “las historias están en las ciudades”, nómbrese como sea: Macondo, Ciudad Lejana, Cómala, Santa María, Dublín, Solentiname, Ciudad Juárez, el infierno tan temido, o simplemente colosal Latacunga; nombrada en tácito recurso de escribir y detallar la historia o esa que se escribe desde la pluma rutinaria de redescubrirla, de volver a ella como se vuelve al primer amor, a la edad de la punzada.
La emancipación política de la ciudad de Latacunga se llevó a cabo el 11 de noviembre de 1820, según los registros históricos ecuatorianos más cercanos; Latacunga inicia su vida colonial formando parte de la Villa de San Francisco de Quito, desde 1535 los españoles van poblando poco a poco esta ciudad.
En el año 1878, la ciudad empezó a lograr un desarrollo positivo para sus habitantes, alcanzando para 1811 un proceso de comercio que permitía mejores estándares sobre todo entre los pobladores que se movilizaban entre Quito y Guayaquil, puesto que se convirtió en paso obligado entre estas zonas.
Primera escuela jesuita
En ese año fue elevada a la categoría de Villa. En este territorio se instaló la primera escuela jesuita en el año de 1643, hasta su expulsión en 1653, posteriormente los franciscanos, dominicos y agustinos, retomaron el ritmo educativo.
En 1745 asumió la presidencia de la Real Audiencia de Quito, Fernando Sánchez de Orellana, Marqués de Solanda, natural de Latacunga.
De acuerdo al Municipio de Latacunga, en diciembre de 1808, los marqueses se reunieron en Tilipulo y Salache para preparar el denominado primer grito de la independencia del 10 de agosto de 1809 realizado en Quito. El 80 por ciento de los miembros de la Junta de Gobierno eran cotopaxenses.
Luego del triunfo en Mocha (1812), el ejército realista al mando de Toribio Montes iba a Quito cuando en Latacunga le salió al paso Manuel Matheu “Con su célebre guerrilla a caballo” que le tuvo peleando un mes.
Los patriotas de Latacunga se organizaron durante los primeros días de noviembre para buscar la emancipación, luego de haber contribuido a la gesta del 9 de octubre de 1820, con pólvora, alimentos, hombres y dinero. Luis Fernando Vivero, fue escogido en esta fecha para secretario de la Junta de Gobierno de Guayaquil. Y muchos más contribuyeron a la causa libertaria.
Es así como atacan el cuartel realista Fernando Sáenz de Viteri y Felipe Barba y varios hombres; mientras Lizardo Ruiz y Calixto González del Pino con jóvenes latacungueños, toman la fábrica de pólvora y luego acometen contra el convento de Santo Domingo, donde se encontraba el comandante Miguel Morales con una parte del Batallón Los Andes.
Los realistas se encontraban ubicados en el techo, desde allí podían fácilmente fusilar a los patriotas, pero ellos con valor y audacia los atacan y Juan José Linares dio muerte al comandante, logrando la rendición de los soldados españoles.
Patriotas destacados
Entre algunos de los patriotas que tomaron parte en la revolución están: Antonio Tapia, Francisco Salazar, José María Alvear, Josefa Calixto, María Rosa Vela de Páez. Miguel Baca, Francisco Flor, Vicente Viteri Lomas, Luis Pérez de Anda y Mariano Jácome de apenas 16 años de edad, quienes consolidaron el triunfo, proclamando la independencia de Latacunga, que se consolidó definitivamente con el triunfo de la batalla de Pichincha.
En 1820 se adhieren al movimiento independentista de Guayaquil varias ciudades, entre esas Latacunga (11 de noviembre) pero los españoles retomaron el gobierno y las guerrillas se acrecentaron en el país.
El Mariscal Antonio José de Sucre triunfó en Cone (Yaguachi) y el 2 de mayo de 1824 llegó a Latacunga donde conoció a la Marquesa de Solanda, doña Mariana Carcelén y Larrea, “Mujer de agraciada belleza y cuantiosa fortuna”, con quien se casó, en esas vísperas acogidos al alojamiento y suma de adeptos fraguaron la hazaña del Pichincha de 1824.
El 29 de Noviembre de 1822 el Libertador Simón Bolívar entró por primera vez en Latacunga.