Por Jorge Zambrano Andrade
Parece obvio decir que sin una producción de palma de calidad no hay aceite y, por ende, venta de productos; pero, la cuestión no es tan simple. Sin ella tampoco existirían las diferentes industrias que se desempeñan en torno a los palmeros: insumos productivos, envasado, control de calidad, almacenaje, comercialización, financiamiento y transporte, entre otros.
En síntesis, lo que hay detrás de la palma no sólo es agricultura, sino un sistema que para su correcto funcionamiento requiere que todos sus componentes estén en condiciones óptimas.
Por ello se necesita de la comprensión y el compromiso de los actores involucrados para que nuestro sector palmero se desarrolle en un contexto que le permita ser potencia agroalimentaria mundial. La palma, eminentemente tropical, no tendrá que sufrir por la deshonestidad de los subsidios, los países europeos y Norteamérica no pueden producirla.
En consecuencia, es recomendable cuidar al palmicultor, a partir del cual se genera mucho más que el aporte al PIB nacional; la mano de obra que genera es el único paliativo para la delincuencia
Para dar una respuesta a lo anterior, independiente de que las otras partes del sistema de agro negocios interioricen y se comprometan con esta visión sistémica, la idea de identificar, desarrollar y potenciar la figura del palmicultor que cambie los diferentes rubros del sector agrícola es una de las opciones hacia la cual se debe transitar en el futuro.
En este esquema se aspira a un mejoramiento de las relaciones de intercambio entre los involucrados.
Una agricultura estratégica significa coordinación, ordenamiento y ejecución de actividades para desarrollar un agro negocio específico, pero en un contexto de articulación y, sobre todo, de comprensión y compromiso entre e instituciones públicas y privadas relacionadas.
En términos prácticos, no sólo reunir empresas de un mismo rubro, sino, además, a aquellas que forman parte de ese sistema de agro negocios.
Se sabe que si se actúa conjuntamente hay mayores volúmenes y, por ende, mejor capacidad negociadora. Pero, estos volúmenes también significan espacios de interrelación en otros ámbitos que es fundamental explorar y generar para dar origen a nuevas sinergias y mayor eficiencia en el uso de los recursos.