Manta, La Hora
Un grupo de moradores del barrio Brisa del Sur del cantón Montecristi protestó ayer con pancartas para exigir la clausura de una gallera.
Ángela Intriago, quien vive cerca de la ruedo, comentó que los fines de semana los aficionados de los gallos, al calor de la emoción y la borrachera, disparan a diestra y siniestra.
Acotó que los policías llegan entre las 14h00 y 16h00, cuando todo está en aparente en calma. “En el momento de las balas no hay nadie que ponga orden”, puntualizó la mujer.
Jesús Toala Moreira lideró la protesta. Según ella, lo hace como ciudadana ya que actualmente no es parte de la directiva del barrio.
Jesús mostró como evidencia 15 casquillos de bala que recogieron el fin de semana anterior.
“Eso es una bomba de tiempo. En esa gallera no tienen medidor y el dueño se prende directamente al alumbrado público, varias veces han salido chispa de esos cables y para colmo de males el techo es de cadi”, expresó Jesús.
Estas no son las únicas razones por las que protestan. Los vecinos denunciaron que los ‘galleros’ salen ebrios y conducen sus automóviles a exceso de velocidad sin importar que hay un número considerable de niños jugando en las calles.
‘Que nos dejen trabajar’
En la manifestación de ayer Jesús recogió un centenar de firmas para pedir al Intendente que le exija a Ney Barrezueta, propietario de la gallera, que cambie el techo de cadi por zinc y que habilite una zona de parqueo para evitar la congestión de la vía. Aunque ella sostiene que “lo ideal sería que se la clausure definitivamente”.
La esposa de Barrezueta manifestó que llevan seis años en el negocio y que hasta ahora no se ha producido ningún incidente que lamentar.
“No sé por qué Jesús Toala busca problema sino le hacemos daño a nadie. Eso lo certifica la familia que nos cuida la gallera”, puntualizó la mujer.
Dolores Aguilera cuida la gallera. Su nuera Ana María mencionó que el escándalo es tal que su cuñado, un niño de 7 años, se mete debajo de la cama y se pone ‘morado’ ante el sonido de las balas. El pequeño se llama Marcos y tiene problemas nerviosos.
En la casa de la gallera habitan otros cuatro niños.
“No tenemos adónde ir, por eso cuidamos este lugar”, comentó Ana María.
Jesús Toala mencionó que si Ney Barrezueta desaloja a esta familia, le construirán una chocita entre todos los moradores.