Manipulación

Tiempos electorales convertidos en caldera del diablo, donde la intriga y las noticias falsas saturan el ambiente desde todos los flancos: teléfonos, chats, Twitter, Facebook, Instagram, medios de comunicación, nacionales y algunos extranjeros, etc., bombardean con notas falsas o dudosas, tratando de ayudar a unos candidatos y dañar a otros.

Desde el modelo “democrático” escenarios de esta clase no son éticos, pero a eso llegamos con el ejemplo del viejo Trump. La opacidad de las acciones tiene el riesgo de provocar desajustes en la intención de los electores. Sin embargo, desde el análisis objetivo a estas alturas del partido, la gente ya tiene claro qué deberá hacer, de tal forma que lo que se considera aparentemente voto “indeciso” en gran medida no es tal, una buena parte de estos ya lo tienen decidido, sino que por precaución o hipocresía no lo manifiestan.

Estamos ante un escenario algo impredecible, las elecciones del domingo serán un interesante espectáculo para estudio sociológico de la fractura de los lazos sociales y sus potenciales consecuencias. Dependiendo quien sea el ganador podrá haber calma o agitación de masas, hasta barajarán la anulación bajo cualquier pretexto, dadas las condiciones hay sectores que están dispuestos a todo.

Esperemos que por el bien de este pequeño y fragmentado territorio que llamamos país, se encuentre el camino correcto y la calma para poder crear las condiciones de reconstrucción que, luego del desastre administrativo y de salud que soportamos, se requieren para que la sociedad funcione, fuerzas rotas pueden llevar a resultados  no esperados y en nuestras condiciones es lo peor que podría pasar, esperemos (de esperanza) que las  cosas salgan de la mejor forma y que asuma el poder quien tenga el mayor número de votos.