El contagio en ascenso

En rueda de prensa, el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, confirmó lo que se veía venir: desde finales de diciembre se incrementaron los contagios de Covid-19 en Ecuador, así como la ocupación de camas de cuidados intensivos.

Quito, siendo la más afectada, llega a una ocupación de UCIs de casi 100% en casas de salud privadas y, el promedio en el país, casi al 70%.

Con los meses, el terror a la pandemia cedió a la urgencia económica y a las necesidades de interacción social, aupados por el incentivo al turismo interno. Se prevé que las cifras ‘oficiales’ continuarán al alza en las siguientes semanas.

Incoherencias no faltan. empezando por las multitudinarias celebraciones tras el histórico y emocionante triunfo del Barcelona S.C. la semana pasada, en plena vigencia del toque de queda. En la misma nota, hubo restricciones de circulación nacional que los COE cantonales no demoraron en desestimar, causando confusión en la población. Además, la decisión de ‘invalidar’ el estado de excepción declarado por el Ejecutivo, tomada por la Corte Constituciónal el 27 de diciembre, pero anunciada una semana después. En el medio, playas cerradas, pero centros comerciales abarrotados.

Una sensata decisión, es el inicio de clases presenciales en al menos 204 escuelas y 12 universidades a partir del 18 de enero.

La segunda ola de contagio en Europa e Inglaterra causa estragos que podrían replicarse aquí, con la incierta consecuencia de una variante del virus que se torna predominante, y la incertidumbre del tiempo que tomará lograr la anhelada ‘inmunidad de rebaño’ con la vacuna que aún no llega al país.

La prudencia deberá ser la tónica, así como la responsabilidad de aislarse frente al primer síntoma. Es obvio y evidente que el Estado no tiene las respuestas; la decisión de evitar el caos, recae en manos de cada individuo.

Casi todos pueden aguantar la adversidad, pero para probar el carácter de una persona, dadle poder.”

Abraham Lincoln (1809-1865) Presidente y abogado, abolió la esclavitud; EE.UU.

Pensaron que nos podían enterrar, pero no se dieron cuenta de que somos la semilla.”

Mayerli Angarita Activista de Derechos Humanos; Colombia.