Las únicas armas que necesitamos

Hace pocas semanas hubo una propuesta, bastante pintoresca, por parte de CREO y del PSC que se refería a la oportunidad de que en Ecuador los ciudadanos puedan portar armas.

Parecería que los mencionados movimientos políticos ven cómo una de las mayores preocupaciones de los ecuatorianos es aquella de poder comprar y llevar armas para defenderse de la criminalidad.

Lamento decepcionarlos, pero no son exactamente estas las preocupaciones y ni las armas que los ciudadanos necesitan.

Las armas que hoy necesitamos, más que nunca, son las vacunas en contra del Covid-19 y saber cuándo y cómo serán distribuidas, pues el moribundo Ejecutivo nos habla de que van a llegar pronto, pero hablan de cantidades ínfimas (50.000) y, peor aún, no parece tener un plan para saber hasta cuándo deberemos esperar para tener a todo el país vacunado, pues este es el objetivo y no que lleguen esporádicamente pocas dosis al país.

Otra arma que necesitamos es la transparencia para poder interpretar de manera más oportuna cómo algunos sectores del gobierno quieren privatizar, vender a los amigos, bancos y empresas públicas sin que nadie se entere; o, la transparencia necesaria para llevar a cabo con tranquilidad el próximo proceso electoral que hoy está suscitando demasiadas suspicacias.

Otras armas poderosas que necesitamos son aquellas en contra de la pobreza y del desempleo pues este gobierno no solamente que no ha estado a la altura de la crisis generada por la pandemia sino que, más bien, ha favorecido despidos y no ha proporcionado ni siquiera ayuda elemental para las empresas que al final han quebrado o están a punto de quebrar a la vista indolente de nuestras autoridades.

Así que, mejor desde allí, construyan su campaña electoral dejando a un lado el populismo y este masoquista afán de quedar en ridículo frente a una población que, hoy más que nunca, necesita soluciones y pragmatismo.

Y por último, sabemos que cualquier conductor se da a la fuga después de atropellar y matar gente en las carreteras y, ¿ahora queremos armar a pistoleros para que se den a la fuga luego de disparar a otros ciudadanos? No es este el camino que se merece el país.