Gratitud: felicidad y vida

Álvaro Peña Flores

Gratitud, hay una definición para esta palabra: es una actitud constante de felicidad injustificada. Significa que debemos estar felices y agradecidos por todo lo que hemos recibido sin una razón específica, sino solo por el hecho de tenerlo.

Tener una actitud de amor desinteresada nos hace mirar al mundo que nos rodea con nuevos ojos, y nos hace comprender lo maravillosa que es la vida.

La gratitud, es una actitud emocional y espiritual constante que nos hace apreciar eventos y pequeñas cosas agradables que generalmente no apreciamos por nuestra soberbia.

La temporada festiva y los sentimientos que ella evoca, sabiendo que aún estamos vivos ante esta implacable pandemia, nos invita a desarrollar emociones de gratuidad sinceras y plenas, porque se nos sigue dando la oportunidad de mejorar todos los días.

Ser agradecido nos hace sentir mejor, de hecho, beneficia notablemente nuestra salud.
Dar las gracias permite mejorar nuestras relaciones con otras personas, nos ayuda a comprender qué cosas en nuestras vidas tienen prioridad sobre otras; este tiempo, al menos ha sido útil para discernir estos acontecimientos. Así, dar las gracias nos emociona más que cualquier otra cosa.

Dar las cosas por sentado, sin valorarlas ni agradecerlas hasta que ya no las tenemos, demuestra ingratitud; por tanto, dar las gracias en cada momento, cada día, es reconocer la manifestación de la gracia en nuestras vidas. Es en sí una práctica espiritual, en tanto honramos el milagro de estar vivos.

La gratitud es signo de abundancia espiritual. Cuanto más grato soy, más recibo, más doy. Más agradezco.

Una persona agradecida, lo es en todas las circunstancias. Un alma que se queja, se queja incluso si vive en el paraíso. Gratitud es felicidad.

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