Ecuador: Democracia amenazada

Urge que el CNE recupere la confianza de la ciudadanía. No es posible que sigamos asistiendo a muestras de actuaciones bochornosas por parte de dicho organismo que, lejos de ser juez imparcial de la campaña electoral que se aproxima, insiste en proyectar la nefasta percepción de ser actor político. El Ecuador debe aceptar ser observado por parte de los entes internacionales propuestos a salvaguardar el respeto del voto popular en nuestro país.

Parece que la democracia en el Ecuador se está quedando huérfana.

El CNE debe dar muestra de seriedad y eficiencia pues a escasos dos meses de las elecciones aún no tenemos la certeza de quienes serán los candidatos. Esto no tiene precedentes.

Fuimos testigos de la inexcusable actuación frente a la inscripción de Arauz y Rabascall que dio la fuerte impresión de que el CNE estuviese parcializado y, ahora, la enésima telenovela sobre la candidatura de Álvaro Noboa que, según las encuestas, dan entre los favoritos para alcanzar la presidencia en 2021.

En fin, los impedimentos son siempre para los candidatos más fuertes y que, coincidentemente, minan el capital electoral de Guillermo Lasso. Esto ya se está volviendo un tema demasiado susceptible a suspicacias y especulaciones que de ninguna forma ayudarán al proceso electoral de 2021.

Si seguimos con un CNE tan cuestionado y tachado como rehén de algunos partidos, en febrero nos espera una gravísima crisis política y social pues, difícilmente, los perdedores se resignarán a aceptar su derrota por tener serias dudas sobre la autoridad moral del actual CNE.

Hay que velar por la tranquilidad del país, que está por encima del Consejo Electoral y de todo interés político. Hay que recuperar rápidamente la confianza ciudadana y garantizar elecciones transparentes, que hoy está en entredicho.

Apúrense en tomar decisiones trascendentales para todo el país, pues esto de las candidaturas aceptadas o rechazadas se está volviendo una ridiculez.

Estén a la altura del puesto y del rol que tienen porque estamos a punto de activar una bomba de tiempo que luego será difícil desactivar.