Descalabro de aspirantes

La larga papeleta presidencial agrava la amargura de este país saqueado por dos jinetes del Apocalipsis: corrupción y mala educación. Desde la sociología política no podemos entender aún la nueva utopía, ilusión y el espacio político ideológico entre tantas tendencias inconsecuentes con la realidad post-pandemia ni saber las causas por las cuales 16 binomios y 14 listas de asambleístas, o más, se enfrentan tan ardorosamente.

Una peregrinación de candidatos paniaguados que consideran tibios, bobos o estúpidos a quienes no nos ubicamos en sus trincheras porque rechazamos las mentiras colectivas y exigimos un país trabajador, productivo, generoso y fuerte; más nacionalismo, empleos dignos y soluciones a la salud, educación y seguridad. No avivar la llama del fraude pero sí el retiro inmediato de la propiedad privada a los ladrones.

Unos quienes convirtieron desde la tarima en artículo de fe la idea de recuperar el dinero robado, amurallados contra la Ley de Extinción de Dominio, sin explicar cómo sostener la dolarización, atraer la inversión para el campo, el comercio exterior; y, revisar la explotación minera que daña las fuentes de agua dulce. Otros, dueños de la corrupción de las costumbres, la infamia heredada y el silencio cómplice por 14 años.

En la laberíntica campaña electoral de Arauz, Gutiérrez, Almeida, Romero, Hervas, Freile, Pérez, Larrea, Lasso, Celi, Velasco, Carrasco, Peña, Montúfar, Andrade y Sagñay, la corrupción enquistada y la desinformación cabalgan en un mismo corcel. Poco sobre academia, historia, ciencias o literatura moderna. Más bien, un escenario denso e indescifrable de enredos legales, amarres y falta de sensatez.

Nada sobre cómo acabar con las mafias, la incertidumbre y el desconcierto. Con la rectoría gánster de universidades ‘co-financiadas’ y ese torpe control hoy telemático de la educación superior que permite usar el derecho penal para criminalizar la libertad de expresión y perseguir periodistas. Nada de preguntas ni debates públicos. Así estamos.

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@kleber_mantillac