Pensamientos forjados en la niñez excluyen a la mujer de la política

EJEMPLO. Rosalía Arteaga ha sido la única presidenta de Ecuador.
EJEMPLO. Rosalía Arteaga ha sido la única presidenta de Ecuador.

A pesar de la existencia de normas que fomentan incrementar la participación de la mujer en la política, el número de hombres electos tanto en cargos locales como nacionales es mucho más elevado que el número de mujeres en el país.

Por ejemplo, en las elecciones seccionales de 2019, en total se escogieron más de cinco mil dignidades. De estas 4.111 fueron para hombres (72,83%) y 1.534 para mujeres (17%). Una enorme brecha provocada por varios factores, entre ellos los sesgos culturales preexistentes en la sociedad ecuatoriana.

Limitaciones

Ana Patricia Muñoz, Directora Ejecutiva de Grupo FARO, realizó una investigación en 2018, junto a la economista Andrea Villarreal, sobre la participación femenina en candidaturas de ámbito local. Los resultados sugieren que las mujeres tienen un 15% menos de probabilidad de ser electas que los hombres.

“La intervención de la mujer en la política ha evolucionado, pero todavía hay sesgos inconscientes que provocan un panorama desfavorable e incluso se le exige mucho más que los hombres”, dijo Muñoz.

En candidaturas principales para presidente y vicepresidente, las cifras presentadas por el CNE, en su informe del 2009 al 2017, demuestran una baja participación política de la mujer, especialmente en 2013, donde el 100% fueron hombres. Mientras, en las últimas elecciones presidenciables solamente existió una mujer, Cynthia Viteri, pero a la segunda vuelta llegaron dos hombres.

Pequeño cambio

La Asamblea Nacional evidencia un mayor avance, en los comicios del 2017, de los 15 asambleístas nacionales escogidos, 8 son mujeres y 7 hombres. Aunque en los legisladores provinciales ocurre lo contrario.

Muñoz explica tres motivos fundamentales para que este fenómeno continúe. Primero, “hay toda una narrativa histórica que muestra que se prefiere las características de un hombre a las de una mujer”, eso tendría relación con pensamientos forjados desde la niñez.

Para las elecciones de 2024, el Código de la Democracia obligará la paridad en los binomios presidenciables: habrá un hombre y una mujer. Agrega que también es responsabilidad de los partidos políticos, quienes a pesar de tener candidatas mujeres, las relegan a puestos secundarios o escogen perfiles errados, sin posibilidades de ganar. Y en tercer lugar, generar liderazgos con mujeres que tengan trayectoria política dentro de los movimientos.

En el estudio de 2018 se afirma que para cerrar las brechas de género, las autoridades deben enfocarse en los electores y evitar posibles sesgos conscientes e inconscientes. (KH)

Los países con mujeres a la cabeza han manejado mejor la pandemia”. Ana Patricia Muñoz, directora ejecutiva en Grupo FARO.