LA LOCOMOTORA DEL CARCHI

Eddy Arrobo Rodríguez

Un 29 de mayo de 1993, la parroquia El Carmelo del cantón Tulcán, se convirtió en la cuna de nuestro “gladiador”, Richard Carapaz. Quien de niño creció y se desarrolló en su campiña, ayudando a su madre en las faenas duras del campo donde aprendió a batallar y a vencer las adversidades, sabiendo que quien recibe todo regalado, se transforma en un inútil para la sociedad.

Siendo niño, a pesar de sus dificultades, jamás asumió una posición de víctima, que sólo se queja. De adolescente, muy tempranamente entendió que el peor daño que se le puede hacer a una persona es darle todo, por lo que, con paciencia, compromiso, sacrificio, positividad y responsabilidad, tenía que cristalizar sus aspiraciones, sueños y objetivos.

El joven que ha conquistado no sólo a un país, sino a Latinoamérica y el mundo, nos da lecciones de valores morales y de cómo sobreponerse ante las adversidades de la vida, nos invoca a que cultivemos libremente nuestro ingenio, que tengan altivez nuestras ideas y virtudes, para así evitar caer en la mediocridad humana por causa de la rutina.

Hoy, Carapaz, es nuestro paradigma de inspiración y motivación, el mismo que no se entorpece con la gloria, nos enseña que con humildad, esfuerzo, trabajo y perseverancia se pueden transformar las utopías en realidades. También nos muestra que el fútbol no es el único deporte al que hay que apoyar. Que el ciclismo ecuatoriano se está internacionalizando y llegando a lo más alto, pues, Richard fue el ganador del Giro de Italia en 2019, y a la fecha ya se ha puesto el maillot rojo y va segundo en la clasificación general de la Vuelta a España. Por todo esto, te alentamos y decimos orgullosos: ENCIENDE LOS LEÑOS Y HÉCHALE LEÑA AL FUEGO CARAPAZ!!.

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