La clave del cambio de modelo económico es el ajuste en la inversión pública

RETO. El Estado ya no puede ser el gran constructor a costa de endeudar al país
RETO. El Estado ya no puede ser el gran constructor a costa de endeudar al país

Para 2025 el peso del Estado, como motor de la economía, caerá a niveles de inicios de los años 2000. El reto es crear las condiciones para que el sector privado cubra ese vacío

La ficción de que el Estado podía crecer indefinidamente para ser el gran empresario y benefactor comenzó a desinflarse desde 2014, cuando se acabó la gran chequera del segundo boom petrolero y sus altos precios internacionales.

Desde esa fecha el peso de la inversión pública ha ido cayendo del 15,9% hasta 6,6% del Producto Interno Bruto (PIB). Dentro del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), esa tendencia se consolida y se proyecta que, hasta 2025, esa inversión se ubicará en el 4,9% del PIB, es decir, un nivel parecido al que se tenía a inicio de los años 2000.

Según Fausto Ortiz, ex ministro de Economía, la verdadera variable de ajuste en el gasto público es y seguirá siendo esa inversión, debido a que otros rubros como el número de burócratas o subsidios tienen una alta resistencia social y son más difíciles de reducir a un ritmo acelerado.

“El Fondo nos está diciendo que el país debe olvidarse del Estado como el motor de la economía porque eso se logró a costa de un fuerte endeudamiento”, dijo.

En otras palabras, con un nivel de deuda pública que llegará a casi 70% del PIB a finales de 2020, ya no es sostenible una lógica donde el Gobierno adquiere deuda para hacer grandes obras de infraestructura, carreteras, entre otros.

El turno del sector privado

El vacío dejado por el Estado debe ser cubierto por la inversión privada. Sin embargo, desde 2019; pero con mayor fuerza debido a la pandemia de la Covid-19, esa inversión ha caído al 15,6% del PIB, lo cual representa el nivel más bajo desde 2005.

El principal reto es crear un ambiente propicio para que los capitales nacionales y extranjeros multipliquen su aporte.

Para eso, la transparencia en la contratación pública es un paso fundamental. Según el FMI, los privados no querrán asumir la construcción de obras y mayor provisión de bienes y servicios, si persisten los graves problemas de corrupción y despilfarro.

A través de mejoras en los procesos y controles más efectivos, Ecuador podría dejar de desperdiciar alrededor de $1.000 millones de su gasto público. Según el multilateral, no solo que el Estado casi se triplicó entre 2007 y 2017, sino que malgastó una cantidad inmensa de recursos.

Las pérdidas estimadas podrían llegar hasta el 30% del valor de los gastos en compras públicas; y, hasta el 50% en los proyectos de inversión.

Reglas claras para alianzas estratégicas

“Para atraer inversión privada debe haber reglas claras. Eso solo se logrará si hay finanzas públicas equilibradas y no un Estado en constante crisis. Sin dinero en el fisco siempre habrá riesgo de que se quiera cambiar todo para exprimir a las empresas”, indicó Patricia Ruales, economista e investigadora.

Otro punto importante es la creación de leyes concisas y prácticas para impulsar de manera efectiva las alianzas Público – Privadas y las concesiones de activos del Estado. También, está pendiente una reforma integral del Código de Trabajo para facilitar la contratación y simplificar trámites.

Con ello se podría evitar un gasto público sin planificación que ya nos dejan refinerías inexistentes, hidroeléctricas con fallas estructurales y carreteras en mal estado poco tiempo después de su construcción.

Potenciar sectores no explotados

Diego Olmedo, analista económico, indica que hay que propiciar una real coordinación entre Gobierno y empresas tanto para acordar acciones como para identificar los sectores con más potencial como acero, cerámicas, logística, minería, agroindustria y servicios.

El candidato presidencial, Guillermo Lasso, apuesta precisamente por impulsar las Alianzas Público- Privadas y las concesiones junto con otras medidas para simplificar y eliminar impuestos, tasas y aranceles distorsivos. Por su parte, Andrés Arauz, sin dar mayores detalles, solo ha dicho que rescatará a todas las empresas públicas en liquidación y volverá a poner al Estado como el motor de la economía. (JS)

A través de mejoras en los procesos y controles más efectivos, Ecuador podría dejar de desperdiciar alrededor de $1.000 millones de su gasto público.

“Para atraer inversión privada debe haber reglas claras. Eso solo se logrará si hay finanzas públicas equilibradas. Sin dinero en el fisco, siempre habrá riesgo de que se quiera cambiar todo para exprimir a las empresas”. Patricia Ruales, economista.