Machete

Conocí de cerca a zurdos de pensamiento y llegué a despreciar su cinismo, incoherencia, relativización de valores, sumisión al líder; y en los 90, su vinculación al narcotráfico. Los comunistas han asesinado más de 120 millones de personas, donde han impuesto su ideología. ¿Qué condición ética tiene para prohibirme usar un machete, un régimen que demuestra incapacidad para garantizar mi vida, la de mi familia y mis bienes, logrados con esfuerzo y sacrificio? ¿Acaso el derecho humano a la vida de un saqueador, de un fanático comunista o de un narco-guerrillero, está por encima de mi derecho humano a protegerme a mí mismo, a mi familia y a mis bienes? ¿Por respeto a los derechos humanos de los criminales, debo dejarme robar, agredir, matar? De lo ocurrido en octubre/2019 y en las últimas semanas, los ciudadanos que sufrimos en absoluta indefensión, la zozobra de saqueos, incendios y abusos, llegamos a la conclusión: ¡Ármate! Porque no podemos confiar nuestra seguridad a una Policía, más adoctrinada en no vulnerar los DDHH de los violentos, que en proteger a los ciudadanos que por pacíficos, resultan irrelevantes. No podemos confiar en una FFAA, más preocupada en cuidarse de juicios por lesa humanidad, que en preservar la seguridad de los ecuatorianos, de la arremetida forosaopaulista. Vimos para qué sirve la fuerza pública, cuando el miedo a usar las armas que les dio la República, hace que los vándalos les pierdan respeto. Solo sirvieron para rehenes del crimen organizado. El narco-comunismo crea división interna, iguala en pobreza a las naciones para doblegarlas, otorgando a los que se someten, tarjeta de racionamiento y atención médica; a sus esbirros les da cargos; aparenta «democracia», controlando elecciones; a sus lacayos más infames los nombra jueces y los reparte en servicios de seguridad. El régimen debe aprender que la política de «apaciguamiento», jamás logró la paz, en ningún sitio, ni época; sólo estimuló al criminal, a exigir más. Nosotros debemos entender que si queremos paz, debemos prepararnos para la guerra.

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