INCIDIENDO A FAVOR O EN CONTRA

Álvaro Peña Flores

Hacer el bien dejando un legado que sea modelo para quienes vienen detrás es la esencia de la libertad y del éxito en el que todos debemos trabajar. En el hilo del análisis de la corrupción en nuestro país, hoy se planteará un modelo de liderazgo ético de 4 ejes que se debe considerar para mitigar y empezar a luchar contra la corrupción.

El primero de ellos es el propósito, es decir, identificar qué es lo que buscamos, cuál es la visión o qué rol jugaremos en el partido. El segundo implica identificar las fortalezas del equipo que estará al frente de este propósito, cuya finalidad sea potenciarlas para disminuir el temor a represalias y establecer planes eficaces en el que se aporte ideas propositivas.

El tercer eje lo constituye la transparencia que debe haber en todos los actos que se realicen, tiene que ver con identificación de los actos más simples hasta los más complejos, considerando que el acto de corrupción no tiene dimensión cuantificable para considerarse como tal. Y por último la conversación necesaria, cuestionando lo tradicional para innovar los modelos existentes que no han dado resultado.

Como ciudadanos comprometidos, todos en algún momento de nuestra vida hemos sido testigos de un acto de corrupción o hemos estado inmersos por más pequeño que haya sido, en ese contexto, para ayudar necesitamos actos sencillos, por ejemplo proporcionando datos o evidencias a las autoridades que los pidan o de forma voluntaria; participando en el análisis del entorno legal, que conlleven a redactar borradores de propuestas de reformas legales; y la socialización de dichas propuestas a través de los espacios o medios de comunicación que los faciliten . Estos actos determinan nuestra incidencia a favor o en contra.

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