A sincerar propuestas políticas

La esperada sentencia en tercera instancia del caso Sobornos, no inaugura la seguridad jurídica en el país, pero sí da una alerta para la gran mayoría de nuestros políticos, de que nadie tiene patente de corso para saquear la República. Y no es tampoco, el final de la obsesión de Correa por el poder, puesto que en una mente enferma, y con bastante dinero mal habido escondido, sigue apostándole a la candidez de las masas, y a un posible indulto gestionado por una mayoría en la Asamblea.

Claro está, la oposición respira mejor, pues a Arauz sólo le votarán su voto duro, y no será suficiente. Esto es, sigue vacío el amplio espectro del centro político. El candidato Lasso deberá sumar muchas alianzas, coquetear con este sector, y con el inmenso margen de indecisos.

Y para ello, la cantaleta de esta columna de opinión, sobre la imperiosa necesidad de bajar drásticamente las tasas de interés, empieza a formar parte de su discurso. Tiene que proponer apoyar al productor pequeño de frente. El diferencial entre las tasas pasivas y activas, es inmoral en dolarización. Y si no se puede bajar la tasa de interés por Decreto, se puede cambiar las reglas que encarecen tendenciosamente el costo del dinero, como el encaje bancario, los impuestos, minimizar el riesgo país, y otros, que tienen que ser modificados, si se quiere en verdad, crear oportunidades de inversión y creación de empleos. Solo nos falta aplaudir al cajero automático por darnos nuestro efectivo. Todos los servicios bancarios son costosos. Y si no se modifica el costo del dinero, determinante en los costos de producción, no seremos competitivos, y el discurso de Lasso de crear oportunidades, caería en la demagogia.

En un país tercer mundista, la banca pública tiene que ser tratada de manera diferenciada y preferencial. No debe estar regulada por la Super de Bancos. Su misión es otra. Claro está, las astucias que se han dado en el pasado, no tienen que repetirse nunca más. La viveza criolla ha hecho mucho daño a su reputación.

Esperemos entonces, un viraje de 180 grados en el discurso del señor Lasso, y tendría asegurada su victoria. Estaremos atentos.

Eduardo Chiriboga Aponte

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