INTEGRIDAD Y HONESTIDAD

Álvaro Peña Flores

“Los recursos públicos deben ser siempre administrados honradamente, el servicio público no es otra cosa que un servicio a la comunidad, con sujeción a los principios de la ética”. Con esta frase se castiga la intención que tendrán muchos al llegar a Carondelet, y con la acertada ratificación de la sentencia del expresidente Correa, hoy se cierra el ciclo aciago de 14 años que le ha tocado vivir al Ecuador.

Son evidentes sus tan alardeadas obras: los miles de kilómetros de carreteras, muchos elefantes blancos unos buenos y otros no tanto; el cambio de matriz productiva, las hidroeléctricas, puentes y un sinnúmero de obras a medio construir que fueron repagadas con nuestro dinero y el de nuestros hijos, y que hoy, muchas se caen a pedazos; también es evidente el despilfarro de los recursos de la mayor bonanza petrolera que ha habido en el país y la pésima administración de los recursos estatales; sin olvidar la persecución a líderes populares, periodistas, activistas, estudiantes y ciudadanos.

Se cierra este ciclo y empieza otro, con muchas lecciones para todos aquellos que pretenden gobernar el país. Todos los ecuatorianos aspiramos que nuestros futuros gobernantes y legisladores, con el precedente que acabamos de vivir, tengan una cuota mínima de integridad y honestidad, tanto en el discurso que van a ofrecer como en las obras que van a hacer.

Por las obras se elogia la mano del artista, hoy la justicia ha elogiado con mucha certeza estas obras. No olvidemos que según el jefe de estado, así serán sus ministros; según el gobernador de la ciudad, así serán sus habitantes; es hora de hacer valer nuestro poder como ciudadanos políticamente responsables al elegir bien a los líderes que nos gobernarán los próximos años.

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