Eddy Arrobo Rodríguez
La brecha digital hace referencia a las desigualdades que existen para acceder a la información, al conocimiento y a la educación mediante las nuevas tecnologías de la información y comunicación o TICs.
En el albor del presente año lectivo, régimen Sierra y Amazonía, docentes y alumnos se encuentran con nuevos retos, pues, el aula de clases se trasladó a los hogares, el pizarrón ha sido reemplazado por la computadora, los cuadernos se han sustituido por plataformas interactivas, convirtiéndose la educación virtual en la nueva realidad.
Sin embargo, este cambio vertiginoso de lo presencial a lo virtual que ha sido producto de la crisis sanitaria de la Covid-19, ha hecho más notoria la mencionada brecha digital, debido a que no todos los alumnos tienen conexión a internet ni computadora. Lamentablemente, los niños y jóvenes de los hogares más pobres son los más afectados, evidenciándose además una brecha educativa, que deja atrás a los más menesterosos.
Por otro lado, los docentes han tenido que sortear un sinnúmero de vicisitudes, pues, con poca o nula formación han tenido que adaptar sus contenidos en las plataformas educativas, todo esto, con pagos retrasados, recorte de sus sueldos, pagos extras de internet y sin ser dotados de las herramientas tecnológicas.
Las autoridades tienen que repensar, organizar, planificar, y presupuestar, la creación de políticas públicas, para darle sostenibilidad a esta nueva tendencia educativa, para que niños y jóvenes de los sectores urbano y rural, no queden excluidos como ocurre en la actualidad. La educación es un derecho fundamental que se debe garantizar. El aprendizaje no puede limitarse a la disposición de medios tecnológicos.