Ecuador recibió 30 veces menos inversión extranjera que sus vecinos durante la pandemia

EFECTO. Sin inversión privada no se podrá generar más empleo.
EFECTO. Sin inversión privada no se podrá generar más empleo.

El alto déficit fiscal y la falta de una verdadera agenda de competitividad impiden la llegada de más capitales.

A pesar de que todas las economías han sido fuertemente golpeadas por las restricciones impuestas para combatir la propagación deL Covid-19, varios países de la región han seguido recibiendo importantes cantidades de Inversión Extranjera Directa (IED).

Así, por ejemplo, Colombia atrajo inversiones por $3.500 millones, Perú consiguió alrededor de $4.200 millones; sin embargo, en Ecuador la inyección de capitales foráneos apenas llegó a $125 millones.

La IED será un factor determinante para la recuperación -más rápida o lenta- en el contexto de la pospandemia. Por eso, aunque la crisis actual ha desnudado las vulnerabilidades comunes en la región, como la informalidad y las desigualdades, nuestro país está en peores condiciones para la reactivación económica, porque no puede generar las condiciones mínimas para que empresas rentables vengan y creen empleo sostenible, que no dependa del gasto público y el aumento del tamaño del Estado.

Dura realidad

Diego Olmedo, analista económico, explicó que, de cara a los próximos cuatro años, el país debe apuntar a atraer, al menos, $10.000 millones de IED, como mecanismo para sostener un crecimiento económico mayor al 3% anual; y, así generar puestos de trabajo de calidad.

En proporción al Producto Interno Bruto (PIB), la inversión que recibió Colombia, en medio de la emergencia sanitaria, supera el 1%; en Perú el llega al 2% y Ecuador apenas alcanza el 0,13%.

Inestabilidad y fisco quebrado

En el Gobierno de Lenín Moreno se han aprobado un promedio de una Ley por año, en busca de incentivar la inversión privada; pero los resultados son mínimos. “Hay el Código de la Producción, la Ley de Fomento Productivo, entre otras; sin embargo, los empresarios no saben cuándo van a cambiar las reglas del juego, cuándo un estado quebrado va a crear nuevos impuestos y contribuciones para poder pagar el alto gasto público”, acotó Olmedo.

Es decir, los incentivos y los beneficios de las leyes no se traducen en la llegada de más capitales porque no hay seguridad jurídica y confianza sobre el manejo de las cuentas fiscales afectadas por constantes déficit (más gastos que ingresos). Además, no hay una institucionalidad inclusiva que facilite la creación de empresas y permita políticas de Estado que no dependan del gobierno de turno.

Cambios en la marcha

Dentro del truncado acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), firmado en marzo 2019, Ecuador se había comprometido a cumplir con toda una agenda de competitividad para generar más empleo e incrementar su crecimiento económico. Se incluía una reforma laboral, ley de alianzas público-privadas, reformas al sistema financiero, reformas al mercado de valores, reforma tributaria, ley de emprendimiento, entre otros.

En el nuevo entendimiento con el multilateral, con el fin de recibir $6.500 millones hasta 2022, se privilegian los cambios en el sistema impositivo, con el fin de conseguir más ingresos para la caja fiscal, pero quedan de lado los aspectos más importantes para crear un ambiente más productivo y rentable.

En el limbo

A finales de enero 2020, la mayoría de los gremios empresariales nacionales hicieron un llamado para que se tomen medidas concretas, con el fin de hacer al país más competitivo. Entre esas medidas, a la par de la firma de Tratados de libre Comercio, estaban la reducción de aranceles, eliminación de cargas como el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD), más crédito, flexibilidad para la contratación y menos tramitología.

La mayor llegada de Inversión Extranjera Directa (IED), en los últimos años, se dio en 2018, cuando se alcanzó la cifra de $1.401 millonesLa idea de fondo en ese pedido era que las exportaciones o inversiones no se generan vía decreto, pero sí con políticas públicas que enfrenten los problemas estructurales de altos costos de producción y pocas facilidades para contratar personal, además de la persistente inseguridad jurídica. Según Patricio Alarcón, presidente de la Cámara de Comercio de Quito, lamentablemente, toda esa agenda no ha tenido avances. (JS)

La única forma de solucionar la problemática de la falta de empleo es a través de la producción. Y eso se logra con inversión privada, nacional y extranjera”. Diego Olmedo, analista económico.