La incertidumbre continúa

La alianza CREO-PSC, esperada desde las elecciones pasadas, ayudará, pero está lejos de ser la llave del éxito para las próximas elecciones; deberán sumar muchas agrupaciones políticas más para superar al correísmo, aún vivo en el subconsciente de las masas. El “robó pero hizo” anda rondando. Y la simpatía que puede emanar de un banquero, no asoma. Cristina Reyes debió ser su binomio. No obstante, la creciente toma de conciencia de que un delincuente no puede terciar, va creciendo. Ahora todo se juega en la Casación, último recurso para que la delincuencia organizada que nos empuja a ser otra Venezuela, pero sin tantos recursos, no regrese.

No aparecen aun las propuestas. No está claro, cómo se puede crear empleo con tasas de interés usureras en dolarización, entonces de qué apoyo al emprendimiento estamos hablando. Tampoco se aclara cómo van a reactivar la economía sin diversificar y multiplicar nuestra oferta exportable, sin apostarle al sector agropecuario.

Si es, porque el agro se compone en 80 por ciento de pequeños productores, sometidos por una intermediación salvaje al servicio de pocas industrias, cuyos movimientos financieros atractivos benefician al sector bancario, y éste no se interesa por el movimiento de los pequeños, el país no tendrá futuro.

Nebot ofreció apoyar al micro y pequeño productor, a diferencia que Lasso, quien debe aclarar ahora su postura. Lo cierto es, que cuando no se tiene dinero para pagar deudas ni gastos, el único camino es producir el triple. Y para esto, se requiere créditos baratos al productor. Temita complicado para don Guillermo.

La recuperación de lo robado, también es un tema tabú. La mayor confianza en nuestra justicia; la independencia y reforzamiento de la Fiscalía; de Contraloría; la transparencia de los contratos hidrocarburíferos, de endeudamiento y otros de orden público, también parecen de prohibido análisis.

Lo cierto es que se espera, que luego del cierre de inscripciones de las candidaturas, haya debates donde se traten estos temitas, tan sensibles para los grupos hegemónicos que nos atan a un estado de supervivencia generalizado. Sino, iremos de nuevo a ciegas a las urnas.

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