Estados Unidos y la AMA

El gobierno de Estados Unidos, presidido por Donald Trump que se cree amo del mundo, ahora aspira a comprar un espacio en el Comité Ejecutivo de la Agencia Mundial Antidopaje -WADA, por sus siglas en inglés- tanto que, si no lo complacen, por intermedio de la Oficina de Control de Drogas de la Casa Blanca, amenaza a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) con quitarle el financiamiento, en la creencia de que el dopaje en el atletismo mundial, o en cualquier deporte, debe ser controlado por Washington, pero nunca a los atletas y deportistas estadounidenses que tienen y deberán tener un régimen especial. Practica un doble rasero.

Cierto que el gobierno de Estados Unidos, es uno de los mayores contribuyentes de la Agencia Mundial Antidopaje, pero eso no le da derecho a exigir que los mayores contribuyentes, sean los dirigentes o líderes de los órganos rectores.

Trump cree que los puestos en el Comité Ejecutivo deben ser copados de acuerdo al financiamiento o cuotas que otorguen los países.

Entonces se suprime la democracia y se endiosa al dólar. En otras palabras, quien más contribuye al financiamiento debe ser presidente, miembro del Comité Ejecutivo, mayoría de la Asamblea con voz y voto que impone sanciones al deportista o atleta de cualquier país del mundo. Poder absoluto para el que más tiene, migajas o nada para los que menos contribuyen al financiamiento de la AMA.

La Secretaria del Deporte, Andrea Sotomayor, sostiene que el financiamiento de la AMA fue acordado por los países miembros en 2013 y que existen mecanismos suficientes para controlar el dopaje.

Estados Unidos ha planteado la Ley Rodchenkov, una ley extraterritorial, con la que espera sancionar a atletas de todo el mundo que sean odiados rivales.