La alianza entre los Social Cristianos y el movimiento CREO para las próximas elecciones era el último recurso que le quedaba a la derecha y al actual gobierno para intentar evitar el regreso al poder de Rafael Correa.
Las encuestas que circulan sugieren que, hasta hoy, el correísmo tiene serias probabilidades de ganar la presidencia del 2021 en la primera vuelta, mientras que Lasso estaría muy a la baja pudiendo sufrir su enésima y tal vez definitiva derrota electoral.
Tal vez por esto Nebot y Lasso han decidido sellar esta importante alianza que los proyecta con muchas más posibilidades de poder ganar las elecciones.
Parecería que por fin las ambiciones personales, aunque sea hasta el 2021, quedaron atrás y que haber cogobernado con Moreno les hizo entender cuán importante sea quedarse al mando del barco.
Sin embargo, las alianzas no alcanzan por si solas a asegurar el triunfo electoral y más aún, si Lasso no logra desmarcarse de su rol de (ex) banquero ni de su rol de aliado de Moreno, que hoy es un verdadero ‘negativo’ para cualquier candidato.
La derecha se está jugando su última carta, pero su estrategia no podrá revertir tan fácilmente la percepción de la gente sobre sus candidatos, pues la población ve que hay pobreza extrema, millares de desempleados, falta de liquidez, despidos y hambre como nunca antes. Si a todo esto añadimos los casos de corrupción y la falta de liderazgo y justicia social que atañe al país, solo podremos concluir que el voto protesta sigue muy fuerte. A Moreno y a sus aliados les quedan muy pocos meses para empezar a hacer obra y políticas públicas que puedan mejorar su imagen; mientras tanto solo seguirán cosechando decepción y más votos para Correa, que evidentemente sigue marcando la agenda electoral de sus opositores.
Todavía a la derecha le queda mucho por hacer antes de llegar a Carondelet, pero por lo pronto puede estar segura de que esta alianza podría darle mayoría dentro de la asamblea Nacional y esto, por sí mismo, sería un gran logro.