Política y pobreza

A partir de la primera mitad del siglo XX en Latinoamérica y particularmente en Ecuador, las estructuras sociales han sido resquebrajadas por los serviles al gobierno de turno, que buscan el acomodo y la vida fácil. Se habló a la población del crecimiento económico, el fortalecimiento de las instituciones del Estado y la consolidación de una clase media que podía sostener un país democrático y autosuficiente. Remediar la pobreza ha sido el lema de campaña de políticos, ‘pensadores sociales’ y militantes que apoyan a los que buscaban el poder.

El crecimiento económico sostenido y la necesidad de establecer programas para satisfacer las necesidades básicas de la gente son temas de campaña política. Candidatos de izquierda y derecha, revolucionarios y demócratas de todos los niveles analizan la justicia social, a su antojo, sin visión del presente ni futuro. Con audacia hablan sobre la estabilidad política del país en un contexto de ofrecimientos y predicciones que nunca se cumplen, pero ahondan la brecha entre clases sociales: terreno fértil para que dirigentes populistas organicen la corrupción, burlen la ley y se apoden ‘perseguidos políticos’.

El FMI, el BM y el BID califican a la pobreza como el resultado de las deficiencias políticas y productivas de un país; además, definen como pobres a quienes no cuentan con suficientes ingresos para acceder a la canasta básica de alimentos y no pueden cubrir costos de vivienda, salud, educación, transporte, recreación y vestimenta. El engaño a trabajadores, campesinos y pequeños propietarios, la manipulación a las élites empresariales, y la resistencia a la modernización económica son errores históricos que han llevado al país a un estado de postración económica.

El intercambio de votos por favores políticos es la causa para la llegada de forajidos al poder, el “roba, pero hace” ha tocado fondo. Situaciones involuntarias como catástrofes naturales, de salud, accidentes fortuitos obligan a gastos desmesurados que pueden llevar a la pobreza, al desempleo, a salarios insuficientes, pero hay ideologías que practican la corrupción y llevan a la quiebra a muchos países.

Rodrigo Contero Peñafiel