He vivido

Tenía 4 años, cuando Kennedy, fracasó en Bahía de Cochinos y afianzó el comunismo en Cuba. Asistí con mi abuelo, a la última posesión presidencial de Velasco, en tenida de frac. Pertenecí a la 4ta. Cía. de cadetes niños, creada por el general Rodríguez Lara. Mi adolescencia fue marcada por el nacionalismo de Rodríguez y Torrijos, la «revolución cubana», la música de Santana. Al retornar la democracia, hice campaña por Marieta Terán, quien junto a Isabel Robalino, son las primeras juristas que incursionan en política. Observé cómo Carter, auspició el derrocamiento de Somoza y favoreció al sandinismo. Presencié la incorporación al voto, de los analfabetos y el surgimiento de candidatos de disparate. Me presenté a la guerra de Paquisha, sucedió la del Cenepa, no me llamaron, entre los héroes están mis compañeros de Colegio Militar. Miré como el comunismo aterrorizó al Perú, mientras Chile lo proscribió a tiros. Escribí el primer libro de Derecho Ecológico, de los primeros en América. Observé el colapso del socialismo y el resurgimiento en S.Paulo, del narco-comunismo. Provoqué la renuncia, destitución, remoción de jueces y fiscal corruptos. Presencié el inicio de la III guerra mundial, por el terrorismo en EEUU. Viví la revocatoria a Bucaram, Mahuad, Gutiérrez, bajo tutela del Ejército, que en lugar de reprimir, retiró apoyo a los presidentes. Observé con repugnancia, cómo beneficiarios del golpe a Bucaram y a Gutiérrez, oportunistas e ineptos, impulsaban la candidatura de un resentido social, que aprendió canciones protesta, para disfrazarse de «socialista» y confundir a ingenuos, descerebrados con sobredosis de propaganda, que encubría el mayor atraco al país. Presencié la muerte de castro, el farsante de América. Miro cómo el virus chino, parece diseñado a eliminar gente buena, pero ni un juez infame, ni funcionario ladrón, ni político corrupto. He visto de todo: un presidente negro en EEUU, levantando el bloqueo al dictador cubano. Aún sobrevivo, pero la peor peste, es el narco-comunismo, al que me opondré hasta mi último aliento, para no ver mi Patria, confundida en redes de corrupción, impunidad y miseria generalizada.

[email protected]