Delicada coyuntura

El panorama político, económico y social del país preocupa. Los bloqueos al ex Presidente, solo disparan su popularidad, lo que amedrenta sin duda a los magistrados encargados de sentenciarlo, a pesar de solo falta Casación, instancia que debería ser rechazada. Pero en Absurdistán, donde hasta las sentenciadas siguen en libertad, todo puede suceder. El asunto es que si no se llega yá a una sentencia ejecutoriada, y logra una curul y llegar a la presidencia del Legislativo, va a boicotear al siguiente gobierno, precautelando su impunidad, acabando con la dignidad de la república.

Los señores Jueces de la causa, amenazados o con propuestas indecorosas, tienen ante la historia la responsabilidad de no allanar el camino para que una falsa y caduca ideología, que esconde una delincuencia organizada comprobada, nos lleve hacia la venezuelanización, terminando con el desarrollo y la paz nacional.

La ignorancia de las masas, aun obnubiladas por las obras y espejismos del ex, y desesperados por el desempleo, dicen abiertamente que votarán por el candidato de Correa, pues les “regaló” una casa, una carretera, un puente, un bono, y les importa dos rábanos que haya robado y lo que le pueda pasar al país en lo económico. ¿Y quién es el culpable de esta terrible situación? Simple: todos los gobiernos anteriores. Y batallar contra esto, será complicado para todos los candidatos.

Aun no entiendo las razones que motivaron el apoyo de enormes grupos empresariales a la lista 35 en 2007, caracterizados por un pensamiento diametralmente opuesto a los aires de socialismo que aun ventean, y que llegaron inclusive a intentar aprobar la terrorífica Ley de Herencias, lo que habría sepultado la propiedad privada en el país. Es decir, ese saqueo exitoso disfrazado de socialismo, engañó hasta al más pintado.

Y mientras este cuadro está latente, el gobierno ofrece “reactivación productiva” con créditos blandos, de complicada aprobación, burlándose del productor y aumentando la desconfianza de la sociedad en su devenir. ¿Ud. señor lector, entiende algo?

[email protected]