La espiral de putrefacción ética, tiene su raíz en los «decretos de excepción» de la década infame 2007-17, ahí se instaló la organización criminal más grande de Latinoamérica, convirtiendo la política, en actividad delictiva y al Estado, en estructura crapulosa. Los narco-comunistas no tienen doble vida como los mafiosos; su vida criminal la ejercen a través de la política. Instauran un Estado burocrático, al que se accede a través de la organización, que exige sumisión al proyecto criminal y al psicópata que lidera; de ahí el diezmo que cobran, sobrecostos, acuerdo entre privados, extorsión que se concreta en abusar de atribuciones: imponer tributos, requisitos, crear instituciones innecesarias, promulgar leyes kilométricas para usurpar.
Los narco-comunistas surgen de la anomia social que provoca vivir en pobreza, lo que los obliga a «mejorar su vida», a través de la política; pero otros lo hacen por adquirir riqueza fácil y «poder», ese sentimiento de que para ellos no aplica la ley, porque son los que la dictan; la mayoría proviene de la vagancia, ven en la criminalidad política, el camino para «superarse», de ahí que se arrastran, pagan por candidatura, cargo, designación, contrato, por eso tuvimos un presidente imbécil que destruyó el país, en la década de mayor bonanza petrolera, un vicepresidente impresentable que copió desde su tesis, ministros cretinos, funcionarios ladrones, jueces mediocres, mandos de fuerza pusilánimes, todos, con una característica: serviles, enemigos de lo justo; lo que dificulta superar esta cuádruple crisis: ética, social, económica, ambiental, agravada por el virus chino.
Solo una Consulta Popular con las preguntas que están admitidas por la Corte Constitucional, mediante Dictamen 7-19-RC/19 de 05.11.2019, permitirá la reestructuración del Estado, caso contrario perecerá la Nación. El mandato que surge de la Consulta, está sobre la Constitución; es la manifestación primigenia del pueblo, fundamento de autoridad. El candidato que no propone reestructurar el Estado, es inconfiable, evidencia complicidad con el modelo narco-comunista vigente.