De la civilización a la caverna

Las lecciones aprendidas por la humanidad en esta emergencia sanitaria vivida en menos de seis meses, nos demuestran que ni los países desarrollados han estado preparados para atender una pandemia; y, también sacar conclusiones que los gobiernos deben tomar muy en cuenta; por ejemplo, se estima que actualmente los países industrializados invierten cerca de dos mil millones de dólares por minuto en la producción de armas para la guerra; en Ecuador mire usted el presupuesto militar, a ver si se compara con el de la Salud o Educación, por tanto cabe invertir más en Salud.

No es posible que en pleno siglo XXI, con el mayor desarrollo tecnológico y científico, no exista un adecuado, y proporcional equipamiento para la salud de los ciudadanos. Es hora de dar mayor presupuesto a la salud, debemos estar preparados para cualquier eventualidad, que puede afectar, o amenazar la salud de las personas.

Los países y continentes que han tenido la menor afectación de esta pandemia, han sido en Europa, África y el Caribe; Grecia, y en América del sur Uruguay, en centro América, Cuba, países como San Pedro y Miquelón un caso, Anguila tres contagios, Lesoto cuatro casos, San Bartolomé, seis contagios, Caribe Neerlandes siete casos, Papúa Nueva Guinea ocho casos, Islas Vírgenes Británicas, nueve casos, todos estos países han tenido un denominador común, en su mayoría cerraron sus fronteras en el mes de marzo, apenas se supo del virus, e igualmente tienen políticas de salud permanentes, como es la prevención, con atención prioritaria a la vida y salud de sus ciudadanos.

Copiemos de estos países sus experiencias de salud, especialmente en la política de prevención, como hacen los cubanos, que tienen un médico de familia para cada cuadra, de tal suerte, que es el médico el que asiste a las casas de los ciudadanos, asistencia que es en momentos que están sanos, precisamente para prevenir enfermedades, con tratamientos preventivos, antiparasitarios, vitaminas, etc., que permite mantener una población sana, lo cual resulta más barato que tener las políticas curativas.

Joffre Daza Quiñónez
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